Bebés y niños: juegos para practicar al aire libre
Pasar tiempo fuera de casa y estar en contacto con la naturaleza resulta muy beneficioso para el desarrollo de los más pequeños. Con la llegada del verano, siempre evitando las horas donde el calor es más intenso, es conveniente pasar el mayor tiempo posible al aire libre, de este modo, los pequeños adquieren conocimientos y habilidades que resultan fundamentales en su desarrollo cognitivo y emocional.
Disfrutar del juego al aire libre posee una gran cantidad de beneficios. Estimula su imaginación y su creatividad y hace que crezcan más saludables, ejercitando su cuerpo, fomentando su seguridad y confianza. Además, si jugamos con ellos estaremos fortaleciendo el vínculo paterno-filial, fundamental para sentar unas bases psicológicas saludables.
La Asociación Española de Pediatría recomienda animar a los pequeños desde sus primeros meses a ejercitar su cuerpo, dejando que se muevan en libertad, explorando desde el suelo, desde que empiezan a desplazarse e incluso jugando en el agua, siempre bajo la supervisión de un adulto. Empezar a arrastrarse, a dar patadas, a gatear o a ponerse de pie, todos estos movimientos son claves para desarrollar los grandes grupos musculares, ser conscientes de lo que pueden o no pueden hacer y que se diviertan en el proceso.
Estos sencillos juegos son ideales para practicarlos al aire libre y compartirlos en familia, jugar es la mejor forma de estimular la imaginación y creatividad del niño a la vez que os divertís todos juntos:
- Exploración. Desde que los bebés comienzan a desplazarse, alrededor de los 7 u 8 meses, comienzan a crecer sus ganas de explorar todo aquello que les rodea. Les encanta moverse de un sitio a otro, comenzar a tocar lo que les llama la atención. Dejarle explorar diferentes texturas, aromas, colores y sabores, llevarle aunque sea en brazos a tocar las hojas de las plantas, hablarles sobre ellas, escuchar los sonidos de la naturaleza, los pájaros cantar, los grillos… todos son conocimientos y experiencias que se van grabando en su cerebro y que le estimulan.
- Pompas de jabón. A los bebés les encantan las pompas de jabón, ver cómo flotan en el aire, como explotan al contactar con una superficie, les maravilla. Además, para los bebés es una buena forma de ejercitar la visión, ya que persiguen al objeto y centran su atención en las pompas.
- Juegos de agua. Los juegos de agua son importantes en verano, porque les divierten a la vez que les refrescan. Usar una manguera para ver cómo sale el agua, utilizar recipientes para hacer trasvases o ver como se derrama el agua. Todos los juegos acuáticos les llenarán de placer y para los padres resultan muy gratificantes.
- Castillos de arena. Un clásico playero que no puede faltar. Jugar con la arena estimula mucho sus sentidos, la vista, el tacto. Los niños disfrutan mucho jugando con la arena, pero si este año no vas a la playa, puedes improvisar una bandeja con pan rallado. Ponle muñecos o coches y deja que juegue como si fuese arena.
- La pelota. Jugar con la pelota fortalece los grandes músculos corporales y mejora la coordinación motriz. Incluso con un bebé pequeño, que aún no ha empezado a andar, se puede jugar con la pelota. Escoge una blandita de goma espuma y cuando esté sentado boca arriba acércala y aléjala de sus pies, indicándole que dé patadas. Este simple ejercicio le divertirá a la vez que ejercitará sus pequeños músculos.
