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Celos: qué supone la llegada de un nuevo hermano

Un niño sonriente tumbado son su hermano bebé en la cama

Un sentimiento normal e inevitable
El nacimiento de un nuevo hijo es un motivo de felicidad para las familias, pero también un desafío para padres y hermanos. En España, siete de cada diez niños tiene un hermano, es decir solo el 3% de los niños sigue siendo hijo único, lo que hace que la mayoría de los niños se enfrenten en un momento u otro a compartir el amor de los padres con sus hermanos.

Ante la llegada de un nuevo hermano, lo normal es que tarde o temprano aparezcan los celos. Los celos infantiles son comunes y, sobre todo, inevitables por lo que antes de evitar el malestar que nos provoca hay que enfocarse en adoptar estrategias que nos permitan abordar la situación.

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Rabietas: ¿es posible prevenirlas?

Niña con gesto de enfado

Una reacción emocional muy intensa
Alrededor de los dos años muchos niños empiezan a tener rabietas por situaciones que hasta ese momento no ocasionaban ningún problema: quiere ponerse una determinada camiseta, no quiere montar en el coche, se le antoja algo en una tienda… las rabietas son respuestas emocionales intensas frente a la frustración o malestar y son normales dentro del desarrollo de los niños.

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Verano: ¿qué hacer cuando los niños tienen miedo?

Una niña con gesto de asustada y en la pared se proyecta una imagen de una serpiente

Niños: época de cambios y rutinas

Con la llegada del buen tiempo los niños están más tiempo en la calle o disfrutando de actividades al aire libre: acuden a la playa, a la montaña y o van al pueblo, donde cambian de ambiente y muchas veces de rutinas, trastocando su normalidad. Esta imprevisibilidad hace que los niños que sean propensos a tener miedo, los vivan con especial intensidad.

 
El miedo: una emoción muy común en niños y bebés
El miedo es una emoción bastante frecuente en la infancia. Se produce cuando el niño experimenta un sentimiento negativo ante un objeto o hecho que considera peligroso para él o para otros. Además, cuando se tiene miedo se sufre de inseguridad, ya que la persona que tiene miedo se cree incapaz de evitarlo o enfrentarse a él. El miedo puede mostrarse físicamente con palpitaciones, agitación, sudores o dolores de tripa.

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Niños: cómo enseñarles a manejar los conflictos

Una maestra practica con sus alumnos cómo resolver conflictos

Aprender a gestionar los conflictos de forma positiva
Las discusiones y los conflictos forman parte de las relaciones con los demás y surgen cuando hay diferencias de intereses entre dos personas, entre varias o con uno mismo. Son desagradables y hay quien los vive mejor o peor, de forma más o menos intensa; pero, gracias a estas situaciones podemos trabajar la empatía (aprender a ponernos en el lugar del otro para entenderle), los límites (respetando a los demás y a nosotros mismos) y la seguridad y confianza en las relaciones con los demás; además de las habilidades de comunicación.

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Cariño: un estímulo para el cerebro de los niños

Una pareja joven y sonriente con su bebé sentados en la cama

El amor, clave para buen desarrollo
Tener una relación basada en el cariño y en el apego con los progenitores o cuidadores de referencia es clave para el buen desarrollo cerebral de los niños y bebés. Los estudios realizados al efecto así los constatan. El apego y el amor continuado ejerce un gran beneficio en el desarrollo cerebral de los niños, ya que los niños que reciben cariño evolucionan mejor y, además, previenen en cierta medida la mala salud mental de la adolescencia en el futuro.

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¿Mi hijo tiene poca personalidad?

Niños levantando la mano en una escuela infantil

Distinguir entre las buenas y las malas influencias
Según los niños van creciendo y formando su carácter, algunos padres asisten atónitos a una conducta que aparece en el comportamiento de sus hijos: parece que no tienen opinión propia y se dejan guiar por lo que dicen sus compañeros, maestros u otros familiares. La realidad es que todos nos dejamos influenciar por otros en un momento u otro de nuestra vida, ya que vamos conociendo personas a las que admiramos y pueden influir positivamente en nuestras vidas. El problema es cuando nos dejamos influenciar en exceso o imitamos conductas que no son positivas. Te ayudamos a saber qué hacer en ese caso y como evitarlo cuando aún son pequeños. ¡Toma nota!

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Claves para mejorar el comportamiento de los niños durante la pandemia

Unos niños juegan al aire libre en un paisaje otoñal

La pandemia ha cambiado la forma de relacionarnos
Los niños pequeños son muchas veces los olvidados durante la pandemia. Sin embargo, esta situación que hemos vivido ha cambiado la forma de relacionarnos con los demás y ha pasado factura tanto a mayores como a niños, modificando comportamientos y hábitos en el hogar y en escuelas infantiles y colegios.

 
El 52% de las familias han notado cambios en sus hijos
Estrés, cambios en los hábitos de sueño, rabietas, irritabilidad, regresiones… el confinamiento tuvo sus consecuencias en el plano emocional que en muchas ocasiones no se han superado, según ha constatado la última encuesta del CIS que establece que el 52% de las familias han notado cambios en la forma de ser y de comportarse de sus hijos. En concreto, notan que ha cambiado la conducta (80%), los hábitos del día a día (78%) o el humor (72%). Son cambios a veces imperceptibles por la edad o más difícil de achacar a la pandemia si los niños son muy pequeños: se muestran más retraídos, más dependientes de los padres o más irritables. Pero estos cambios en el comportamiento abarcan a todas las edades.

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Autoestima: una forma de aumentar el bienestar de los niños

Mamá e hija sonrientes con una tablet

Una buena autoestima ayuda a crear relaciones sanas
Las relaciones afectivas, principalmente con los padres o cuidadores de referencia son base de la autoestima de los niños. Un niño que recibe afecto y cariño desde la cuna suele crecer con confianza y respeto a sí mismo, lo cual es clave para desarrollar luego relaciones saludables con los demás. La autoestima afecta a la forma en que los niños se comunican, a su participación activa en actividades, a su posibilidad de afrontar retos, a su autonomía y a su capacidad de ser asertivos (hacerse valer ante los demás de forma abierta, directa y amable). Por el contrario, crecer con una baja autoestima puede producir problemas de inseguridad y afectar a su aprendizaje en la escuela, ya que este se ve influenciado por la percepción que tenga el niño sobre sí mismo y cómo aprende.

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Etapa del No en niños: cómo superarla con éxito

Niña enfadada tumbada en la cama con osito de peluche

Alrededor de los tres años los niños pasan por una fase en la que se enfadan o tienen rabietas a menudo. Cualquier acción u omisión puede ser motivo de uno de estos episodios: no prepararles la merienda a tiempo, prepararles un bocata con un relleno que no les gusta, tener que ponerse el abrigo cuando no quieren… Las posibilidades son infinitas, por lo que conviene armarse de paciencia y esperar a que escampe el temporal. Te contamos por qué se produce esta etapa y te damos algunas recomendaciones para superar esta etapa con éxito.

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Por qué es importante aprender a manejar la frustración

Niño llorando al aire libre levantando las manos hacia sus padres

Un camino hacia la independencia
Cuando los niños empiezan a crecer se hacen más independientes. Es el momento en que ya se reconocen como una persona separada de los padres, de forma que quieren controlar su vida. De repente, empieza a contestar o a intentar hacer cosas por sí mismos para las que en muchas ocasiones no están preparados. Comienza la frustración.

La frustración la provoca un deseo o una expectativa que el niño no sabe o no puede cumplir. Responde a un obstáculo para conseguir algo que se desea y que a menudo provoca emociones negativas, como enfado tristeza, angustia… Es un estado transitorio que los niños deben aprender a tolerar, ya que según crecen se tendrán que enfrentar a dificultades que no van a poder o saber resolver.

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Niños y confinamiento: más estrés y ansiedad

Madre abrazando y hablando con su hija en casa

Aumenta la ansiedad y estrés en los niños
Detectar problemas como depresión, ansiedad y estrés en los niños no es una tarea fácil. La forma de manifestarse depende de la etapa de desarrollo del pequeño. Mientras que los niños mayores pueden verbalizar lo que están pensando o sintiendo, entre los dos y cinco años, se expresarán a través de conductas de hiperactividad, irritabilidad o retraimiento. Aunque a día de hoy parece que los niños apenas están sufriendo la pandemia (su incidencia en la población infantil es mínima) estar encerrados en casa durante un largo periodo de tiempo, sin posibilidad de salir al aire libre y realizar actividades físicas puede redundar en problemas de ansiedad, depresión, obesidad y educativos en el tiempo. Por esta razón Sanidad ha encargado en los últimos días a la Asociación Nacional de Pediatría un informe para estudiar las condiciones de salida de los menores.

 
Expresan en el cuerpo lo que no pueden expresar en palabras
Las consultas pediátricas generales han disminuido mucho, pero se calcula que el 90% de las mismas se deben a la somatización que está produciendo el confinamiento. Los niños expresan en el cuerpo aquello que no pueden expresar con palabras. Dolores de cabeza, de tripa, dificultad para respirar… son señales de que algo les está pasando. Es importante saber que en los niños, al no poder expresarse correctamente lo primero que hay que valorar es su lenguaje no verbal, así como sus conductas, ya que son la manifestación de lo que están pensando.

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Mi hijo no suelta su peluche ¿es normal?

Niña abrazando a su oso de peluche

Les hace ser más autónomos
Muchos niños le cogen cariño a un muñeco, peluche u objeto y no se despegan de él ni un segundo. Duermen con él y allá donde vayan les acompaña. Aunque pueda parecer que esta situación los hace dependientes, el objeto elegido les hace sentirse seguros y les ayuda a ganar autonomía.

Un trapito, una almohada, un muñeco… cada bebé puede elegir el tipo de objeto que le acompañará y no todos lo hacen. Cualquier objeto puede convertirse en su “amiguito” inseparable y la elección puede deberse a que le recuerda a situaciones vividas en el hogar, a momentos en los que se ha sentido seguro. Este objeto que normalmente se denomina muñeco de apego u objeto transicional le ayuda a superar sus miedos y a enfrentarse a nuevas situaciones, sobre todo aquellas en las que los padres no están presentes.

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Niños: cómo afrontar la muerte de un ser querido

Dibujo de un niño triste sentado delante de unas lápidas con una rosa y un peluche

La importancia de gestionar la pérdida
La vida y la muerte forman parte de nuestro ciclo vital, sin embargo para los niños esta cuestión no es fácil de entender. Muchos niños no vivirán la muerte de seres queridos cercanos y, por esta razón, la viven como algo ajeno. Sin embargo, enfrentarse a la pérdida de un abuelo, un padre, incluso de un animal con el que se han criado supone un varapalo que hay que saber gestionar.

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Bebés hipersensibles al ruido: qué hacer

Bebé mirando una aspiradora en casa

Dos años: atención constante hacia los sonidos
El sentido del oído es uno de los que primero se desarrolla. Ya desde el feto, los bebés escuchan las voces de sus padres y, al nacer, está comprobado que las reconocen y que se tranquilizan al oírlas. Alrededor de los dos años, este sentido cobra especial importancia, coincidiendo con lo que la educadora María Montessori denominó como “periodo sensible del lenguaje” que en esta edad está en su punto álgido. Los periodos sensibles se definen como “sensibilidades especiales que se encuentran en los seres en evolución, es decir, en los estados infantiles, los cuales son pasajeros y se limitan a la adquisición de un carácter determinado. Una vez desarrollado este carácter cesa la sensibilidad correspondiente”.

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Un nuevo hermanito: cómo preparar a los hijos

Niña escuchando la barriga embarazada de su mamá

Un cambio importante para toda la familia
La llegada de un nuevo hermanito al seno del hogar genera cambios importantes para la familia. Para los padres, pero sobre todo para el hermano mayor, que pronto dejará de convertirse en hijo único para tener que compartir su espacio con un nuevo miembro familiar. Los celos, que normalmente aparecerán, deben ser neutralizados todo lo que se pueda con la dedicación, paciencia y cariño de los padres, para que estos afecten al niño lo menos posible.

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