Cómo lograr que los niños coman legumbres
Muy beneficiosas para el crecimiento
Proteínas, hidratos de carbono, fibra, vitaminas y minerales. Las legumbres están llenas de virtudes y son muy beneficiosas para el crecimiento de los niños, por esta razón, es recomendable que acostumbremos a los niños a tomarlas. Buscar alternativas que las hagan atractivas es clave para que las incorporen a su dieta con agrado. A pesar de lo que lo más habitual es encontrarnos las legumbres en platos de cuchara, existen otras opciones que sin duda les resultarán más atractivas. Las combinaciones de legumbres con arroz o fideos, las croquetas o hamburguesas hechas a base de legumbres o las cremas, son perfectas para incorporarlas en nuestra dieta de forma habitual. Te contamos algunas ideas.
Cuchara sí, pero no el clásico guiso
Los típicos potajes invernales, con chorizo y carne, son quizá los más difíciles para los niños, y además, también son los menos apropiados, pues suelen tener un exceso de grasa. Pero las legumbres se pueden tomar de muchas otras maneras. No hace falta que la legumbre sea el ingrediente principal, puede ser uno de ellos, para que así se vayan acostumbrando a su sabor poco a poco. Lo importante es que las coman, aunque sea poca cantidad y que le cojan el gusto, sin buscar enmascarar demasiado su sabor.
En este sentido, son apropiados los purés o cremas, como el puré de garbanzos, de lentejas o de guisantes, que suele ser muy cremoso y suave. También se pueden realizar sopas a base de legumbres, la misma sopa de cocido a la que se añaden garbanzos, sopa de verduras a las que se pueden añadir legumbres o lentejas o garbanzos guisados con verduras y pollo.
Con arroz o fideos
Tanto el arroz como la pasta son platos que los niños suelen comer con agrado. Y ambos van muy bien con legumbres. Por eso, una buena forma de introducirlas es mezclándolos con ellas. Lentejas salteadas con arroz y verduras, fideos caldosos con alubias. Los fideos tipo fideuá quedan muy ricos si les añadimos alguna legumbre previamente cocida.
Las legumbres también encajan muy bien con la sémola de trigo o cuscús. La combinación seguro que es un éxito.
Guisantes: una legumbre que da mucho juego
El sabor de los guisantes: suaves y cremosos suele gustar a los niños. Además, si los preparas con ellos, comprándolos con sus vainas y dejándoles a ellos que los saquen, estarán más dispuestos a comérselos. Su color verde y brillante los hace atractivos a la vista y alegran cualquier plato. Se pueden preparar en crema, en sopas, salteados con huevo, con arroz o jamón. Son ideales para hacer arroz tres delicias o incluso o en ensalada.
Hamburguesas y croquetas: diferentes y riquísimas.
Es un plato sencillo de hacer y seguro que les gusta. La hamburguesas de lentejas o de judías quedan muy ricas, basta con preparar las hamburguesas cuando tengas las legumbres cocidas, sazonarlas al gusto tal y como hacemos con la carne. También podemos hacer croquetas con legumbres trituradas a las que podemos añadir patata cocida, para darle consistencia, luego rebozarlas y freírlas, como hacemos con las croquetas convencionales.
Platos diferentes: hummus o falafel
El hummus es una receta fácil de preparar y que, al contrario de lo que se piensa, suele gustar mucho a los niños. Está hecha a base de puré de garbanzos y sésamo y queda como una crema fina que si lo untas con panecillos, seguro que les gustará. También el falafel se puede preparar en casa. Es una especie de croqueta hecha con garbanzos crudos previamente remojados y triturados, aliñados con comino, perejil y huevo hasta obtener una masa compacta que se fríe o se hornea. Se pueden comer tal cual o acompañarlos de alguna salsa de tomate o de yogur.
Las legumbres son muy versátiles, tan solo hay que buscar la forma más apropiada de que los niños se acostumbren a su sabor y poco a poco incorporarlas como un ingrediente habitual en su dieta.
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