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Con el frío, protege a los niños de la dermatitis

Pies de bebé entre las manos de su mamá

Durante el invierno aumentan los brotes de dermatitis y se agudizan los síntomas, por esta razón es el momento de extremar los cuidados para que el ataque de esta enfermedad sea lo más leve posible. La dermatitis es una de las enfermedades más frecuentes en los niños. Según señala la Asociación Pediátrica Española (APE) en España, entre el 5% y el 10% de los niños tiene dermatitis atópica o eczema. Aunque no se sabe a ciencia cierta qué produce esta enfermedad, los expertos señalan motivos genéticos como los más influyentes. Además, otros factores como el ambiente seco, el calor, el uso de prendas sintéticas o el uso de jabones o cosméticos irritantes contribuyen a que los brotes sean más intensos. Su principal síntoma es el prurito (irritación y picor) y suele afectar más habitualmente a la cara, cuero cabelludo, torso, codos y rodillas.

La Dermatitis Atópica es una enfermedad propia de la infancia. Se inicia normalmente a partir de las 6 u 8 semanas de vida, la mayoría de los niños que la tienen sufren sus primeros brotes antes del año y se suele resolver favorablemente con la edad. Solo un 20% de los niños manifestará síntomas después de la pubertad.

 
El Pediatra será quien valore y diagnostique al niño, pero sin duda existen factores que empeoran los efectos de la dermatitis atópica. Estas son las medidas que podemos tomar para que los brotes sean menos intensos:

  • Reducir la sequedad de la piel. La piel de los niños con dermatitis tiende a estar deshidratada, por lo que es necesario mantener la epidermis lo más hidratada posible. Existen en el mercado gran cantidad de cremas específicas, pero hay que tener en cuenta que cada piel tolera mejor unos preparados que otros por lo que habrá que ir probando para encontrar la que mejor se adapta a la epidermis de cada niño. En cualquier caso, conviene evitar en lo posible las lociones, ya que resecan la piel al evaporarse. Una buena crema emoliente debe aplicarse diariamente sobre las zonas afectadas y principalmente tras el baño.
  • Salvo clara necesidad, no se debe bañar al niño o bebé más allá de dos o tres veces a la semana. Los baños deben ser cortos (nunca más de 10 minutos) y con agua templada. La APE considera que 25ºC es la temperatura más adecuada.
  • Se deben usar productos apropiados. Además, de la crema hidratante específica la APE recomienda usar jabón de avena o con un pH ácido (5,5-6). En todo caso, debe ser un producto hipoalergénico y sin perfumes.
  • Secar la piel con cuidado. Lo más aconsejable sería usar una toalla de algodón y evitar frotar para no dañar las partes afectadas.
  • Evitar el exceso de abrigo ya que puede aumentar la gravedad de los brotes. El sudor es enemigo de la dermatitis, así que no conviene arropar en exceso o que el niño lleve ropas muy apretadas.
  • Mantener la humedad en la habitación. El calor excesivo, sobre todo en el dormitorio del niño, es un factor que contribuye a la inflamación.
  • Prendas de algodón. La ropa interior, la ropa de cama y toda la que entre en contacto con el niño debe ser preferiblemente de algodón. Conviene además, eliminar etiquetas de la ropa que suelen ser irritantes. Además, la ropa debe ser lavada con un detergente suave y en la medida de lo posible sin suavizantes.
  • Controlar el prurito, el síntoma peor tolerado por niños y mayores y el que más altera su calidad de vida. El Pediatra indicará en cada caso el tratamiento a seguir. Hay que tener en cuenta que aunque desaparezcan los granos y el picor, la piel puede seguir inflamada en su interior, por lo que conviene seguir el tratamiento médico siguiendo fielmente sus indicaciones hasta su finalización.
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