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La importancia del espacio en la Escuela Infantil

Niña jugando en un espacio recreativo exterior de la Escuela Infantil

Distribución del espacio, clave en el proyecto educativo
La primera infancia es un momento primordial en el desarrollo de las personas. Pocos años son tan decisivos como estos en el desarrollo físico y emocional de las personas. Por esta razón, son numerosas las familias que buscan para estas edades lugares donde el aprendizaje de sus hijos se haga apoyado en manos expertas que les guíen en la crianza de sus pequeños.

En la educación de los más pequeños, la distribución de los espacios es un elemento clave que debe apoyar el proyecto educativo que queremos llevar a cabo en nuestra Escuela Infantil. Palabras como autonomía, creatividad o comunidad educativa se quedan vacías si no atendemos a los espacios para realizarlas.

 
Una evolución centrada en el aprendizaje
La educación infantil ha sido la etapa que más y mejor ha evolucionado en los últimos años. Hoy en día, más del 50% de los niños españoles están escolarizados al cumplir los dos años. En algunas comunidades esta escolarización supone más del 70%, llegando incluso al 100%. Esta evolución responde a cambios producidos en el seno familiar y a la percepción de una oferta de calidad en esta etapa educativa.

La idea de Escuela Infantil se ha ido desarrollando con el tiempo. Si hasta hace no mucho las construcciones destinadas a la educación de la primera infancia se basaban en concepciones propias de los espacios sanitarios, la evolución de las escuelas infantiles ha visto como los requisitos de seguridad e higiene no pueden ser tan rígidos que no dejen espacio para otras necesidades del niño como son el desarrollo físico e intelectual.

 
Aprender a través del juego
Los niños, principalmente en los primeros años de vida, aprenden a través del juego. De hecho, los estudios han demostrado que los niños que no juegan pueden interrumpir su desarrollo. Jugar es una experiencia vital que les permite conocer el mundo, el entorno, y que les permite comunicarse con los demás. La infancia es un periodo fundamental de crecimiento y desarrollo y mediante el juego los niños desarrollan aptitudes físicas, su inteligencia emocional, su creatividad, afianzan su personalidad y transmiten valores.

La escuela debe, por tanto, favorecer la actividad lúdica. Los maestros se convierten así en mediadores en el juego y han de intervenir en él atendiendo al momento en el que se produce, el tipo de juego que los niños desarrollan y la estructura de juego que llevan a cabo.

Para realizar el aprendizaje de una forma lúdica. Se necesita disponer de un ambiente adecuado para que los niños desarrollen todas sus cualidades. El espacio necesario, los materiales y la disposición de los mismos en el aula son elementos que conforman el aprendizaje en estas edades.

 
Espacios para el juego
Estas son algunas de las propuestas que ha habido y que se trabajan en las Escuelas Infantiles respecto al espacio.

Rincones. El uso de los rincones es una de las propuestas sobre la mejora y el pensamiento pedagógico del siglo XX. Los rincones facilitan la gestión autónoma de los aprendizajes pero requieren un espacio amplio para implantarlos ya que los grupos que realicen actividades motoras pueden molestar a otros individuos que requieran tranquilidad para hacer dinámicas que impliquen concentración.

Los rincones son limitados en el tiempo que impone el ritmo y el horario de los niños. Cuando el tiempo acaba hay que recoger y para seguir con la actividad, habrá que empezar de nuevo. Todo ello, hace que los rincones requieran de actividades muy sencillas, que no requieran mucha preparación.

Aulas Polivalentes. Una solución al problema de los rincones es tener un aula polivalente que se adapte a actividades que puedan juntar a niños de edades diferentes. Son lugares que invitan a una reorganización de la escuela y que pueden permitir grupos heterogéneos para compartir actividades plásticas, de experimentación psicomotriz, heurísticas… incluso zonas para experimentar con pintura, barro…, materiales que en ocasiones no son posibles de incorporar al aula, pero que requieren un espacio para llevarlas a cabo.

Espacios al aire libre. El patio, el lugar donde los niños pasan tiempo al aire libre o una parte también se puede utilizar para observar y experimentar todo aquello que forma parte de la naturaleza. Poner un semillero, incluso un pequeño huerto, si se dispone de un pequeño espacio para ello. Observar el clima y las aves que se ven en el cielo cuando estamos al aire libre… Todas las propuestas son interesantes o se pueden poner en valor frente a unas mentes ávidas de conocer cosas nuevas.

Espacios con finalidades propias. Incluso en zonas reducidas, como pasillos, podemos habilitar una biblioteca con libros a la altura de los niños y cojines para que los niños se sienten a hojear y comenzar así el interés por la lectura. Son ambientes que pueden prepararse a la entrada de la escuela para que las familias las disfruten en conjunto.

Son algunas ideas de concepción de los espacios educativos para que directores y educadores dispongan de lugares que puedan convertirse en ambientes o escenarios que desarrollen el proyecto educativo de cada centro y conviertan cada centro en único y especial.

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