La importancia del juego de la casita en la Escuela Infantil
Un lugar para disfrutar de la intimidad
Los niños, al igual que los adultos, disfrutan de su intimidad. No es extraño observar como los bebes pasan rato en sus cunas observando sus pies o sus manos. Más adelante, cuando ya pueden desplazarse, les gusta esconderse detrás de las cortinas, o debajo de una mesa, al abrigo de las miradas de los demás.
Esta es una de las razones por las que alrededor de los tres años los niños disfrutan de jugar dentro de una casita: experimentan su propia intimidad además de pasarlo genial construyéndola si no existe una ya instalada. Unas sillas colocadas y una manta, pueden hacer las veces de una casita improvisada que les entretendrá y con la que disfrutarán de sus juegos.
Juegos muy beneficiosos para los niños
Este tipo de juegos son muy beneficiosos para los niños por muchas razones.
- Crean su propio mundo, lo que refuerza su “yo” y su autonomía. En contraposición con el mundo real, donde el niño es siempre pequeño y debe obedecer, en este espacio él manda, él es el jefe. Es comprensible que disfrute de este nuevo rol.
- Desarrolla el juego simbólico. Este tipo de juego mediante el cual el niño imita conductas o asigna a objetos significados distintos (por ejemplo, hacer una espada con una pajita o una capa de mago con una toalla). Este tipo de juegos son muy importantes para el desarrollo del lenguaje y la inteligencia emocional. Según el niño va creciendo, el juego se hace más complejo y más similar a la realidad. Gracias al lenguaje los niños que comparten el juego pueden llegar a acuerdos mediante los que se establecen las normas del mismo.
- Este tipo de juegos les ayuda a trabajar situaciones difíciles, como un enfado o conflicto con sus compañeros o con su familia. El niño puede revivir estas situaciones con sus muñecos y asimilarlas mejor.
El juego la herramienta más potente de aprendizaje
Jugar es, hasta los 6 años, una herramienta para el aprendizaje y un instrumento clave dentro de las aulas de las Escuelas Infantiles. Lo ideal es que el aula se organice en rincones de juego simbólico. De esta forma los niños pueden moverse en pequeños grupos, donde cada uno de ellos puede realizar una actividad distinta basada en los intereses específicos de los niños, según sea el desarrollo del pequeño, así visitará más un rincón que otro. Esta forma de estructurar el aula fomenta su autonomía, estimula la investigación, la creatividad y la curiosidad, además de aprender normas y favorecer la socialización.
En este sentido, el juego de la casita es ideal para el desarrollo de estas habilidades en los niños. Pueden experimentar situaciones, socializarse con los compañeros y aprenden a gestionar sus emociones.
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