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Mi hijo tiene el síndrome mano-boca-pie

Bebé chupando juguete en el suelo

Durante el otoño y el verano la incidencia de este virus es tal que alcanza casi cotas de epidemia, pero a pesar de lo molesto y de su fácil contagio es una de las infecciones que raramente trae complicaciones y tras unos días desaparece tal y como llegó.

La enfermedad de mano-boca-pie o síndrome de coxsackie (por el nombre del virus que la causa con más frecuencia, el coxsackie A16) incide principalmente a los niños de entre de 6 y 23 meses debido, sobre todo, a su forma de contagio, vía oral o vía fecal-oral (como muchos otros virus se reproduce en el intestino y se elimina por las heces). Si tu bebé acude a una escuela infantil o guardería, sería conveniente que durante unos días se quede en casa para evitar el contagio al resto de compañeros.

El periodo de incubación es de 4 a 6 días, tras los cuales comienzan los síntomas más comunes: fiebre, aunque no todos los niños la sufren y otras molestias que comparte con muchos otros virus: falta de apetito, malestar general, faringitis… después de unos días aparecen las lesiones en la piel. Las primeras suelen aparecer en la boca, lo que dificulta la alimentación del pequeño. Además son llagas en forma de pequeñas ampollas y se ulceran, por lo que se vuelven muy dolorosas. Las bebidas frías, le aliviarán porque el frío anestesia la zona, siempre y cuando no sean ácidas (los zumos hay que evitarlos) y no contengan gas. Más adelante, aunque no en todos los casos, aparecerá el exantema en manos y pies.

Es posible que unas semanas después (entre 4 y 6 semanas) de haber pasado la enfermedad se produzca un fenómeno que se conoce como onicomadesis y que consiste en la caída de las uñas (puede ser de las manos o de los pies), que resulta alarmante para los padres, pero suele resolverse bien. Aunque este hecho no es exclusivo de este virus nos puede reforzar el diagnóstico de la enfermedad boca-mano-pie.

Como todo virus, no hay tratamiento que lo cure. El médico diagnosticará la enfermedad y mandará medicamentos para aliviar los síntomas. Si tu bebé tiene menos de tres meses y llega a los 38º centígrados, deberás acudir a urgencias para que esté más controlado. Superado esa edad, vigila que el niño se encuentre hidratado. Si notas que lleva unas horas sin mojar el pañal, llora sin lágrimas o notas algún síntoma de deshidratación, también deberás acudir a urgencias. En todo caso, se deberá consultar al pediatra si tras diez días el niño sigue con síntomas o si se muestra decaído, muy irritable o le duele el cuello.

 
¿Cómo puedo evitarlo?

Como muchos de los virus, el periodo de contagio se produce durante los primeros días del mismo. Y aunque no existen medidas que garanticen que no haya contagio se puede reducir el riesgo con unas pequeñas pautas:

  • Lavarse frecuentemente las manos, principalmente después de cada cambio de pañal y siempre antes de preparar o tomar cualquier alimento.
  • Desinfectar objetos y juguetes, sobre todo si el niño está en fase oral y se los lleva a la boca.
  • Evitar, dentro de lo posible, el contacto con niños enfermos (no compartir alimentos o bebidas) e intentar reducir los abrazos y los besos.
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