Logotipo Baby Control Agenda Digital Logotipo Baby Control Electrónica para guarderías y escuelas infantiles
X Acceso Prueba Gratis
Volver

Niños en verano: un merecido descanso

Bebé durmiendo tranquilamente

Durante el verano las rutinas cambian. Los padres no están tan pendientes del reloj y los ritmos se relajan. Despreocupados porque se acaban los madrugones, el reloj solar es el que indica cuando es el momento de irse a la cama. Sin embargo, durante esta época es importante también ejercer la siesta, ya que es muy beneficiosa para recuperar fuerzas y ayuda a que los niños estén más tranquilos y menos irritables.

Se recomienda que al menos durante los primeros cuatro o cinco años de vida los niños descansen un rato después de la comida, pues esta rutina repercute positivamente en su desarrollo. Además, es una buena forma de que estén resguardados del sol durante las horas más calurosas. La siesta les ayuda a recuperar la energía física, que durante estos meses suele ser más intensa y mejora el humor. Es una forma de que su organismo recargue pilas.

Según los expertos en sueño infantil, dormir menos tiempo del necesario durante los primeros años está relacionado con un menor rendimiento escolar y multiplica el riesgo de retraso en el lenguaje. Además, no dormir lo suficiente se asocia a conductas más impulsivas y a mayor prevalencia de terrores nocturnos.

¿Cuánto tiempo de descanso es necesario? Depende de cada niño, algunos con 20 minutos están bien y otros necesitan más de dos horas, incluso hay niños que no quieren dormir y les cuesta muchísimo mientras otros lo piden porque no aguantan más. Cada niño es diferente y tiene sus propias necesidades. Lo fundamental es que si el niño lo necesita duerma, incluso con el riesgo de que luego por la noche le cueste más dormir. En verano, además, los horarios son un poco más flexibles y se puede retrasar un poco la hora de irse a la cama.

El descanso debe ser siempre que se pueda tras la hora de la comida, en un ambiente tranquilo y siempre antes de las cuatro de la tarde. La digestión produce un pequeño estado de sueño que debe ser aprovechado para el descanso físico y cerebral. Este hábito de descanso es fundamental para su desarrollo, así que al menos hasta los cinco años, los padres deben insistir en que los niños se echen la siesta.

Observar a tu bebé es clave para encontrar el momento idóneo para el descanso: si está demasiado tranquilo, no lo apetece jugar, se muestra irritable, se restriega los ojos, pide el chupete… todas ellas son señales de que el niño necesita descansar. Lo mejor es establecer una rutina en el horario, buscar un lugar adecuado, tranquilo, a buena temperatura… Las siestas regulares pueden mejorar el sueño de la noche, para ello, seguir una estricta rutina es esencial. Establecer un horario desde el principio y crear un ambiente relajado son puntos que se deben de tener muy en cuenta para que el niño llegue con ganas a la siesta.

Durante los primeros meses, los niños dedican la mayor parte del tiempo a dormir. Entre los dos y los cinco años, la mitad del tiempo están despiertos y la otra mitad durmiendo. Después y hasta la adolescencia, el sueño está presenta el 40% del día. Los niños deben dormir al menos 10 horas cada noche los primeros años. Alrededor de los tres años los niños van dejando de dormir por el día para hacerlo solo por la noche. Sin embargo, aunque no duerma, es aconsejable que el niño permanezca descansando, o se tumbe un rato para que tanto su cuerpo como su mente descansen.

Volver

0 comentarios de los usuarios

Quiero dejar un comentario
Icono de dos bocadillos

Escribe aquí tus comentarios

Normas de uso: No está permitido verter comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes. Tu mensaje debe cumplir determinadas normas de buena conducta. Los mensajes que contengan descalificaciones personales, comentarios soeces o dañen el honor o la intimidad de otras personas o centros infantiles podrán ser eliminados.








Volver