Otitis en verano: se puede evitar
Es uno de los problemas de salud más habituales en verano. Los niños acostumbran a pasar largo tiempo en el agua y acaban con dolor de oídos y en muchos casos con infección. Pero, ¿Es posible evitarlo? Para ello, la clave es la prevención. Estos son los cuidados que hay que tener para mantener los oídos sanos durante la época estival.
Oídos bien secos
La forma más efectiva de evitar una infección es secar bien los oídos cuando se sale de la piscina o la playa. El agua que se queda en los oídos puede contener bacterias que se desarrollan dentro y crear una infección. Para evitarlo, la Asociación Española de Pediatría (AEP) recomienda inclinar la cabeza de los niños a los dos lados hasta que el agua que hay en el interior salga y evitar así que el agua se acumule dentro de los oídos.
Fuera bastoncillos
Conviene evitar introducir en los oídos elementos externos, como los bastoncillos, que tienen la punta de algodón y pueden provocar un efecto poco deseado, a saber, empujar hacia adentro la cera que producen los oídos con el riesgo de que se acumulen bacterias y favorezcan la infección o bien hacer demasiada fuerza al introducirlos en el oído y dañar el tímpano.
Elementos de protección
En el caso de niños que sean propensos a contraer otitis los expertos recomiendan utilizar gorros o tapones para nadar. Luego, cuando se sale del agua, para secar bien los oídos se puede usar el secador para asegurarnos de que están completamente secos.
Pero, y si a pesar de todos los cuidados tiene otitis, ¿qué puedo hacer?
Si el niño comienza a sentir picores en el oído o se queja de dolor intenso, hay que acudir al médico para que diagnostique la posible infección. Por lo general, el médico valorará la situación del oído y recetará los medicamentos que sean necesarios para curar la dolencia.
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