Pautas para que los niños desayunen bien
La primera comida del día es quizá la que más complicaciones conlleva. Muchos niños se levantan con sueño, desganados y les cuesta mucho desayunar. Sin embargo, los pediatras consideran que el desayuno es fundamental para empezar el día con energía y tener un rendimiento escolar adecuado. Está demostrado que desayunar de forma correcta contribuye a cubrir las necesidades nutricionales de los pequeños y mejora su rendimiento físico e intelectual, además de prevenir el sobrepeso de los más pequeños. A pesar de no ser una tarea fácil, no hay que desesperar. Desayunar en un hábito y como tal es posible ir consiguiendo que el niño haga un desayuno completo y equilibrado necesario pasar el día a pleno rendimiento.
En los últimos tiempos, los pediatras están alertando que existe un porcentaje cada vez mayor de niños que acuden a su centro escolar sin haber ingerido ningún alimento (se calcula que un 8%) o habiendo ingerido solo un vaso de leche (alrededor de un 7%). Lo que hace que gran parte de ellos acudan al colegio sin el aporte nutricional necesario para afrontar el día. Las consecuencias son claras: niños que sufren dolores de cabeza o de estómago y que no consiguen acabar el día rindiendo porque se muestran apáticos, sin fuerzas para encarar la jornada escolar. Pero, ¿qué podemos hacer para educar a los niños en la importancia de desayunar?
La Asociación Española de Pediatría recomienda las siguientes pautas para conseguir que nuestros hijos tengan un desayuno completo y equilibrado:
- Empezar poco a poco. Si el niño es muy reacio a desayunar porque está cansado o no tiene sensación de hambre nada más levantarse se debe empezar poco a poco. Conviene no ponerle una gran cantidad de comida y ofrecerle un abanico de productos variados para que les resulte más atractivo. Se debe empezar con la fruta, pero adaptándose a los gustos de cada pequeño. Si le gusta comer fruta, incorporar las piezas que más le gustan. Si no es posible, sustituir por zumos o batidos o mezclarlos con el yogur. Luego, poco a poco, se pueden ir introduciendo alimentos nuevos.
- Levantarse con tiempo suficiente. Es fundamental para empezar el día de forma adecuada que los niños duerman lo bastante para no encontrarse cansados a la hora del desayuno. Si tu hijo es de los que tienen mucho sueño, plantéate acostarle antes. A veces 20 minutos son suficientes para que el niño se despierte mejor. Si ves que el tiempo se os echa encima, puedes preparar la mesa el día anterior, e involucrarle a él en ello, lo que le motivará al día siguiente a desayunar. Desde que un niño anda, puedes introducirle a él en estos hábitos. Coloca su plato de desayuno en un armario bajo, al que él pueda alcanzar. Es una manera de ir educándole en las tareas del hogar y que tenga un papel activo en las labores familiares.
- Hay que tener en cuenta que desayunar es un hábito, una costumbre que hacemos día a día y que como tal se aprende. Si todos los días se hace, más o menos de la misma manera, los niños comienzan a incorporar esta costumbre de manera natural.
- Los padres son un modelo para sus hijos. En la medida en que sea posible intenta desayunar junto a tus hijos y sé un ejemplo para ellos. Si te ven a ti que comes equilibradamente, de forma tranquila, aceptarán que eso es lo que hay que hacer. Además, comer juntos es un momento de encuentro y disfrute con los hijos muy saludable sobre todo según vayan creciendo.
- Si pese a tus esfuerzos no consigues que tu hijo desayune de forma adecuada puedes dividir el desayuno en dos. Ponerle parte a primera hora y completarlo después con un tentempié saludable, que debe cambiar según lo que se le dio a primera hora. Por ejemplo, si tomó un lácteo y algo de pan, cereales o galletas, añade fruta natural (plátanos, mandarinas…) siempre adaptándote a sus gustos para que el niño la vaya aceptando de manera natural.
