Por qué es importante que los niños tengan una gran autoestima
La autoestima es el amor que sentimos hacia nosotros mismos y es fundamental para todas las personas y sobre todo para el desarrollo de los niños. Tener una buena autoestima mejora el estado emocional de los pequeños, así como sus relaciones sociales y potencia su desarrollo cognitivo. Por lo general, la autoestima se forma con el tiempo, según los niños sienten el reflejo de la percepción de los demás, sobre todo de las personas que tienen más importancia para ellos, los padres. Así, un buen punto de partida para tener una autoestima adecuada es sentir el afecto y cariño de los padres. Todo el mundo es capaz de desarrollar una autoestima positiva que les haga sentirse seguros y capaces de afrontar retos. La construcción de la autoestima es un proceso continuo. Los niños necesitan saber que estarás a su lado para escucharles y apoyarles pase lo que pase, sin juzgarlos.
Reconocer el esfuerzo, más que el resultado, es la forma que el niño es la manera de que el niño no sienta el fracaso como un rechazo. Cuando veas que el niño se siente mal siempre puedes encontrar algo bueno en la experiencia y animarle para que lo siga intentando o al menos lo consuele y no lo vea como un fracaso personal. Buscar los cambios juntos para que la próxima experiencia sea positiva es un aprendizaje que aumentará su autoestima y le hará más fuerte. Recuerda que siempre hay que enfocar los problemas hacia determinados comportamientos, no a la persona. Es decir, si el niño ha hecho algo mal y se siente mal por ello, hay que hacer hincapié en que el error ha sido la forma de comportarse y no que él sea malo o torpe… Hay que evitar siempre calificativos como “eres un vago” y cambiarlos por otro tipo de frases más constructivas como “no me gusta cuando dejas la ropa tirada por el suelo”.
Pero, ¿por qué es tan importante que los niños construyan una autoestima sana? Tener una autoestima sana sienta los pilares para proteger a las personas frente a los desafíos que te ofrece la vida. Frente a las presiones negativas, es fundamental que los niños se sientan seguros y a gusto consigo mismos. Así, podrán manejar mejor las situaciones a las que se tengan que enfrentar.
Con una buena autoestima los niños:
- Son más realistas, más abiertos y activos.
- Se relacionan mejor con los demás.
- Se muestran más optimistas.
Por el contrario, cuando no se tiene una buena autoestima:
- Los niños sienten más ansiedad y frustración frente a los conflictos, lo que les dificultará la toma de decisiones correctas.
- Los niños con baja autoestima tienden a volverse pasivos, retraídos y tienen más riesgo de sufrir depresión.
