Alimentos ultraprocesados: cómo impactan en la salud de los niños
Cada vez más presentes en la cesta de la compra
Hoy en día proliferan los estudios que señalan que los productos ultraprocesados no son buenos para la salud, y en especial para los niños. ¿La razón? Son productos repletos de aditivos, azúcares y grasas saturadas y pueden tener efectos perjudiciales en el desarrollo físico, emocional y cognitivo de los más pequeños. Además, el problema es que resulta muy difícil resistirse a su sabor y parar de comerlos. Hasta tal punto que se consideran adictivos. En este artículo exploraremos qué son los alimentos ultraprocesados, por qué no son saludables, qué efectos tienen en la salud de los niños y cómo podemos contrarrestar su consumo.
¿Qué son los alimentos ultraprocesados?
Los alimentos ultraprocesados son aquellos que han sido sometidos a un proceso industrial que altera sus características originales. A diferencia de los alimentos frescos, como frutas, verduras o legumbres, estos productos son el resultado de una combinación de ingredientes industriales que rara vez se encuentran en la cocina doméstica. Entre ellos se incluyen cereales de desayuno, galletas, refrescos, patatas fritas, pizzas precocinadas y muchos productos envasados que contienen conservantes, colorantes, edulcorantes y otros aditivos para mejorar su sabor y prolongar su vida útil.
¿Por qué no son saludables para los niños?
El impacto de los alimentos ultraprocesados en la salud infantil es profundo y variado, y va más allá de la simple ganancia de peso. Varios estudios científicos han demostrado que la exposición frecuente a estos productos puede alterar la salud metabólica y el desarrollo cerebral de los niños. A continuación, te contamos algunos de los efectos más significativos.
- Alta cantidad de azúcares y grasas saturadas. Estos ingredientes son utilizados para mejorar el sabor y la textura de los alimentos, pero tienen consecuencias a largo plazo en el organismo. El consumo excesivo de azúcares puede contribuir a la aparición de sobrepeso y obesidad, dos de los problemas de salud más frecuentes en la infancia. Según la Academia Americana de Pediatría (AAP), el consumo elevado de azúcares refinados está estrechamente vinculado con enfermedades como la diabetes tipo 2 y trastornos metabólicos.
- Deficiencia de nutrientes esenciales. Los alimentos ultraprocesados suelen ser pobres en nutrientes esenciales, como vitaminas, minerales y fibra. Estos nutrientes son fundamentales para el crecimiento y el desarrollo adecuado de los niños, especialmente en las primeras etapas de la vida. Un consumo elevado de estos productos puede dar lugar a deficiencias nutricionales, que a su vez afectan al rendimiento escolar, la concentración y el bienestar general de los niños.
- Efectos negativos en el sistema digestivo. Los alimentos ultraprocesados son, en su mayoría, bajos en fibra, lo que puede afectar la salud digestiva. Los niños que consumen estos productos con frecuencia pueden experimentar problemas como el estreñimiento y, a largo plazo, un aumento del riesgo de enfermedades gastrointestinales, como el síndrome del intestino irritable.
- Trastornos emocionales y de comportamiento. Investigaciones recientes han vinculado el consumo de alimentos ultraprocesados con problemas emocionales y conductuales en los niños. Los estudios sugieren que una dieta rica en alimentos procesados puede estar relacionada con un aumento de la ansiedad y la depresión en la infancia, así como con un comportamiento hiperactivo y problemas de atención. Esto podría deberse a la influencia que los ingredientes artificiales, como los colorantes y edulcorantes, tienen sobre el cerebro en desarrollo de los niños.
- Desarrollo cognitivo y académico. Una nutrición deficiente durante la infancia afecta directamente al desarrollo cerebral y la cognición. Los niños que consumen alimentos ultraprocesados tienen una menor capacidad para concentrarse y aprender en comparación con aquellos que siguen una dieta balanceada. Un estudio realizado por la Universidad de Harvard demostró que los niños que consumen más alimentos ultraprocesados tienen peores resultados en pruebas de inteligencia y memoria a corto plazo.
¿Son adictivos los alimentos ultraprocesados?
Los alimentos ultraprocesados han sido diseñados para ser lo más atractivos posible, lo que incluye un sabor dulce, salado o umami extremadamente placentero. Esto los convierte en productos con un potencial adictivo. Los estudios han demostrado que los niños, especialmente los de edades tempranas, pueden desarrollar una relación adictiva con estos alimentos debido a la alta cantidad de azúcares y grasas que contienen. Estos productos están más fuertemente implicados en los indicadores conductuales de las adicciones, como la ingesta excesiva, la falta de control en su consumo, los antojos intensos y su uso continuado a pesar de las consecuencias negativas que supone para la persona.
El azúcar, en particular, activa áreas del cerebro asociadas con el placer y la recompensa, lo que lleva a una sensación de bienestar temporal. Este mecanismo puede generar un ciclo de consumo repetido, ya que el niño busca ese “refuerzo positivo” en el futuro. Además, el sabor de estos productos está diseñado para ser irresistible, lo que hace que el niño prefiera consumirlos una y otra vez, incluso a expensas de alimentos más saludables.
Así, para reducir su impacto y evitar un consumo excesivo de estos alimentos, debemos promover una alimentación sana y variada desde que son pequeños, priorizando el consumo de alimentos frescos frente a productos elaborados.