Un aprendizaje para toda la vida
Educar a los niños para que adquieran hábitos saludables es una tarea que hay empezar cuando los niños son pequeños. Para ello, conviene armarse de paciencia y seguir unas sencillas pautas como dejarles manipular la comida cuando son bebés. En este aprendizaje las familias cometemos algunos errores nutricionales.
Alimentos para el desarrollo físico y emocional
Problemas de concentración, apatía, irritación… llevar una dieta desequilibrada provoca no pocos trastornos o dificultades. Los expertos señalan que tener una buena alimentación, mejora el ánimo, provoca bienestar e influye en el rendimiento escolar. En general, cuando los niños empiezan a ir a la escuela ponemos atención en seguir unos correctos hábitos de sueño y descanso y los padres se preocupan de que los niños coman; aunque en la escuela infantil es fácil hacer un seguimiento de lo que ingieren, ya que los centros publican en la plataforma Baby Control los menús y los educadores informan diariamente sobre lo que comen los niños a través de la agenda digital. Cuando llegamos a casa, debemos seguir atentos a su dieta, ya que no todos los alimentos nutren. El objetivo de alimentarse es llevar una alimentación equilibrada, que ayude al desarrollo físico y emocional de los niños.
Alimentación saludable desde los primeros años
Con el inicio de curso la vida vuelve a la normalidad. Se imponen nuevos horarios y rutinas, todo ello desde la más completa organización para que la vida familiar se haga más sencilla y llevadera. En las escuelas infantiles o colegios se establecen las normas, los horarios de las comidas y los menús, de acuerdos a criterios profesionales, teniendo en cuenta las necesidades de los niños y una alimentación variada y equilibrada que luego las familias deben completar en casa. ¿Por qué es importante prestar atención a las cenas? Te explicamos las razones, como planificar las cenas y que alimentos deben ser los que más abunden en ellas.
Hidratación: clave para evitar los efectos nocivos del sol
Con la llegada del calor y las altas temperaturas conviene extremar las precauciones para que los niños se mantengan hidratados y no sufran de insolación o un golpe de calor. Para ello, tomar suficiente líquido es imprescindible, ya que según los grados de temperatura que haya, el nivel de humedad o la actividad física que se realice, las necesidades de niños y mayores pueden duplicarse respecto a las épocas de frío.
Niños y mayores son los dos grupos de población más vulnerables a sufrir deshidratación, por esta razón hay que estar especialmente atento a los síntomas: cansancio, somnolencia, sudoración excesiva, aceleración del ritmo cardiaco, dolor de cabeza… sobre todo para evitar el conocido como “golpe de calor” que ocurre cuando el cuerpo no es capaz de mantener la temperatura corporal adecuada a las necesidades del organismo.
Más verduras y menos carne o pescado
“Deja el pan que no vas a comer. Termina el filete y ya está”, son frases muy comunes en la mesa de muchos hogares. En general, priorizamos el consumo de proteínas (carne y pescado) y tomamos las verduras, arroz, el pan o las patatas como un acompañamiento sin importancia, cuando debería ser al contrario.
Si nos vamos a la pirámide de alimentos, podemos verlo claramente: la alimentación debe constar preferentemente de productos que se encuentran en la base: frutas, hortalizas, legumbres, cereales (mejor integrales), frutos secos y menos cantidad de los que están arriba de la pirámide: los alimentos de origen animal (carne, pescado, huevos y lácteos). La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los niños no tomen más del 15% de proteínas del total de su dieta diaria. Si seguimos estas recomendaciones deberíamos poner el foco en que el niño tomara más el acompañamiento que terminar el filete.
Un dulce sencillo, pero con muchas posibilidades
Cada vez se encuentran en más tiendas de alimentación este tipo de galletas, que son un dulce típico de la Navidad en muchos países de Europa y que podéis hacer en casa ya que son fáciles de hacer y no requieren muchos elementos. Aunque hay gran cantidad de recetas y variantes, tanto en las formas como en ingredientes, son muy ricas y la excusa perfecta para pasar tiempo en la cocina con los niños, una actividad muy enriquecedora ya que les genera interés por la cocina, clave para adquirir buenos hábitos alimenticios y les llenará de satisfacción. Te explicamos cómo hacerlas y algunos consejos sobre como decorarlas. ¿Te animas?
Atragantamiento, una de los accidentes más comunes en la infancia
La introducción de los alimentos en la infancia es uno de los temas que más preocupan a los padres y que a menudo cambia con el tiempo o el especialista que lo indique, pero los expertos coinciden en que existen una serie de alimentos que deben evitarse en los primeros años, bien por riesgo de atragantamiento o porque no son aconsejables por su toxicidad o porque no son adecuados para la edad de los bebés.
Una dieta equilibrada y rica en líquidos para el calor
Durante el verano cambian nuestros hábitos alimenticios. La alimentación, el sueño, los horarios…, se descontrolan y a menudo esta modificación de nuestras costumbres afecta también a los más pequeños de la casa. El verano es una época de relax, el ritmo de actividades baja y se rompen las rutinas establecidas. Días de agua, de juegos y de calor… todo ello hace que los niños pierdan parte de su apetito y ganen fuerza las bebidas. Nuestro cuerpo necesita estar constantemente hidratado para aguantar las altas temperaturas. Por todo ello, mantener una dieta equilibrada, buscar ideas divertidas y adaptar nuestras comidas al clima son acciones fáciles para que los menores disfruten de todas las comidas del día.
Alimentación sana, vida sana
Lograr que los niños coman sano es el objetivo nutricional más importante que debemos fijarnos en la infancia. Para que los niños aprendan esta importante lección, que es una de las bases fundamentales para llevar una vida saludable en la edad adulta, no sólo debemos hacer hincapié en qué alimentos les ofrecemos si no en todo el proceso que lleva aparejada la alimentación. A menudo, en nuestro bagaje como adultos llevamos incorporadas costumbres que no siempre son las más indicadas. Te contamos cuáles son los errores nutricionales más comunes y cómo evitarlos, para que los niños crezcan sanos y felices.
Merienda sana con un poco de planificación
Es el quebradero de cabeza de muchos padres, ¿qué hago hoy de merienda? Hay que prepararla todos los días. Los niños se cansan de comer siempre lo mismo y muchas veces se preparan con prisas por lo que se recurre a opciones poco saludables como galletas o bollería industrial. Los expertos en nutrición señalan que lo más importante de esta comida es que sea variada, pero esto requiere cierta organización. Sin embargo, te damos algunas ideas para que las meriendas se conviertan en una comida nutritiva y fácil de preparar.
Niños y bebés: sí, pero sin abusar
Durante el verano las rutinas se relajan. Este hecho, a priori positivo, por lo que supone de evitar las prisas y los madrugones, puede ser contraproducente en otros aspectos de la vida diaria, como la alimentación. La llegada del calor hace que los lineales del supermercado se llenen de productos que prometen refrescar y ayudar a pasar mejor las altas temperaturas. Son batidos, helados, zumos… que tienen un atractivo diseño pero que esconden una gran cantidad de azúcar que puede ser muy negativo para la salud de los niños.
Este verano, además, se da la circunstancia de que tras el confinamiento muchos niños y mayores han subido de peso y estos productos tienen un exceso de calorías que sin duda pueden contribuir al sobrepeso. La época estival es considerada por casi todos una época de disfrute y muchas veces esto va acompañado de “caprichos”; así, helados, batidos, granizados… están a la orden del día. Esto unido a un mayor sedentarismo, por tener muchas horas libres y el calor, que muchas veces no favorece la actividad física, hace que muchos niños aumenten de peso.
Una alimento que gusta prácticamente a todos los niños
Grandes y pequeños, incluso los niños que se niegan a comer alimentos variados no pueden resistirse al sabor de la patata. Este alimento sirve para preparar una gran multitud de platos, algunos de ellos, claves en nuestra dieta mediterránea. Su versatilidad, precio asequible y valor nutricional hace que sea uno de los tubérculos más consumidos y cultivados del mundo. Las primeras patatas se cultivaron hace entre 4.000 y 8.000 años en los Andes y fueron introducidas en el continente europeo por los conquistadores españoles.
Un problema con muchos factores asociados
La nutrición es un aspecto fundamental de la crianza de los niños que no solo se asocian a la cantidad y calidad de los alimentos que ingieren sino a otros muchos factores que tienen que ver con la actividad física que realizan, a las horas de sueño que diarias y a los hábitos alimenticios: no solo qué se come sino cómo se come. Compartir las comidas importantes en familia se ha visto que supone un freno a los malos hábitos que conducen al sobrepeso.
Uno de cada cuatro niños entre dos y seis años tiene sobrepeso y de ellos, el 6,7% obesidad. Son cifras preocupantes que niños tan pequeños tengan ya un peso excesivo. Tanto que la Organización Mundial de la Salud lo considera un problema de salud prioritario. En el mundo hay más de 40 millones de niños menores de cinco años con sobrepeso y afecta ya no solo a países con ingresos altos, sino también aquellos que tienen ingresos bajos y medianos, sobretodo en entornos urbanos.
Comer sin estrés
Tablets, dibujos, móviles… a raíz de la polémica que surgió hace unos meses por entretener a los niños mientras comen y cuyo tema ya tratamos a finales de año, una inquietud ha llegado a muchas familias con niños pequeños. Está bien, no lo entretengo, pero ¿cómo podemos hacer para que la hora de la comida no se traduzca en estrés para padres e hijos? La comida es un tema recurrente en la crianza de los hijos. Es verdad que hay un tanto por ciento de la población que no tiene problemas para que los niños coman bien y de todo, pero en casi todos los hogares hay inquietud por cómo y qué comen. Te mostramos algunos consejos para crear hábitos saludables en niños y bebés, y sobre todo, que la hora de comer se convierta en una actividad de disfrute familiar donde los niños la vivan de forma agradable y les haga comer sano en el futuro.
Golosinas: calóricas y nada nutritivas
El azúcar está cada vez más presente en nuestra alimentación, la de los adultos y la de los niños. Comer dulces y chucherías es un placer, pero hacerlo es un exceso es un problema sobre todo para los más pequeños, algo en lo que coinciden tanto pediatras como endocrinos. Los dulces y más aún las golosinas son productos que tienen una gran cantidad de calorías, por 100 gramos de gominolas estamos aportando al cuerpo 360 calorías de las denominadas “vacías”, es decir, solo aportan energía no nutrientes, por lo que su consumo habitual favorece la obesidad y puede alterar el metabolismo de la glucosa.
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