¡Hay que madrugar! Claves para lidiar con niños por las mañanas
El momento de despertarse
Suena el despertador y en muchas casas comienzan las carreras por llegar a la Escuela Infantil o Colegio a tiempo. Para muchas familias, las mañanas son los momentos más delicados del día. Si a los adultos nos cuesta madrugar, cuando hay niños el tema se complica. Que se despierten a tiempo, se aseen, se vistan y tengan todo preparado para salir se convierte a menudo en una odisea y en no pocas ocasiones surge el caos. ¿Qué podemos hacer para llegar a tiempo a la Escuela Infantil sin morir en el intento?
La clave: organizarse
Organizarse de forma correcta permite ahorrar tiempo y evitar imprevistos de última hora. Tan solo tienes que dedicarle cinco minutos por la noche y verás los resultados. El objetivo es no perder tiempo en cosas que se puedan adelantar el día anterior, y es que el tiempo por la mañana pareciera que va mucho más deprisa que a cualquier hora del día.
¿Por dónde empezar? Crear un calendario semanal nos puede ayudar a organizarnos de forma rápida. Ahí podemos apuntar si tenemos que llevar algún alimento para la media mañana, así como los días que tengan actividades especiales, como deporte, música o cualquier actividad que requiera alguna preparación.
Recuerda que todo lo que preparemos por la noche es tiempo clave que ahorramos por la mañana. Tres pasos sencillos pueden significar un antes y un después. Dejar la mesa del desayuno puesta, preparar la ropa que se tienen que poner y dejar las mochilas listas hará posible que encaremos las mañanas con más tranquilidad y no supondrán un ahorro considerable de tiempo. Además, evitamos imprevistos como “no sé dónde están los zapatos” o “he perdido el libro o el cuaderno que tengo que llevar”.
Dormir lo suficiente
Madrugar es mucho más complicado cuando no hemos dormido suficiente y el descanso no ha sido tan largo como el cuerpo necesita. Para que el despertar no sea eterno y el niño deje de remolonear es imprescindible que se acuesten pronto.
La Asociación Española de Pediatría (AEP) señala que “los niños en edad escolar deben dormir entre 9 y 11 horas como mínimo” y no solo para evitar las prisas mañaneras sino también porque dormir lo necesario “favorece el aprendizaje, la asimilación de experiencias y el crecimiento”.
Un buen despertar
Una rabieta o un enfado por la mañana pueden arruinar una mañana entera. Por lo tanto, siempre que sea posible, hay que evitar estas situaciones. ¿Cómo? Estar descansado a la hora de despertar es fundamental para empezar el día de forma agradable y tranquila. Una buena dosis de afecto matutino harán que el niño de despierte feliz y encare el día con alegría.
Rutinas, rutinas y rutinas
Establecer unas rutinas y mantenerlas en el tiempo facilita que las labores se hagan con facilidad. Levantarse, vestirse, desayunar, lavarse los dientes y coger la mochila. Conviene establecer estas rutinas desde que los niños son pequeños para que se conviertan pronto en una costumbre y no les suponga un gran esfuerzo. Recuerda que los niños más autónomos tienen más seguridad en sí mismos.
Además, conviene delegar en los niños según crecen las tareas que ellos pueden hacer por sí mismos. Poco a poco, los pequeños pueden responsabilizarse de tener listas sus cosas antes de acudir al centro escolar.
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