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Nutrición infantil: apuesta por los bocadillos

Niño comiendo un bocadillo

Menos dulces y más pan
Disminuir el consumo de azúcar, ingiriendo menos bollería y dulces debería ser el objetivo de cada uno de nosotros. Se calcula que los españoles tomamos de media 94 gramos de azúcar al día, el doble de la cantidad recomendada por la Organización Mundial de la Salud. Un buen hábito para evitar la ingesta excesiva de dulces es cambiar nuestros hábitos e introducir el pan como protagonista de desayunos y meriendas. Hay que tener en cuenta que los niños deben ser educados en los gustos, e introducir distintos sabores y texturas a través de los rellenos de los bocadillos es una buena forma de empezar a que prueben todo tipo de comidas.

 
Por qué es necesario comer pan
Un pan nutritivo es aquel que está hecho con harina de trigo integral, o que tiene en su composición distintos cereales y semillas. Además, si se prepara con masa madre, con fermentación natural, mucho mejor. El pan es un alimento básico en nuestra dieta y es una fuente importante de hidratos de carbono, fibra, vitaminas del grupo B y minerales. Todos ellos, hacen del pan un alimento imprescindible en nuestra dieta:

  • Hidratos de carbono. Son la fuente de energía fundamental de nuestro organismo, en particular del cerebro y el sistema nervioso. Los hidratos son necesarios para mantener los músculos e influyen en la regulación de la temperatura corporal, la tensión arterial y el buen funcionamiento del intestino. Es aconsejable tomar los hidratos integrales, sin refinar, pues tienen más propiedades que los blancos.
  • La versión integral del pan es muy rica en fibra, fundamental para la regulación intestinal y para prevenir el estreñimiento.
  • Vitaminas. El pan aporta vitaminas del grupo B, esenciales para el funcionamiento del cerebro y del corazón.
  • Minerales: el pan contiene fósforo, magnesio, calcio y potasio. Además, el pan apenas contiene grasa, por lo que es ideal para aportar los hidratos de carbono necesarios. Un consumo moderado de pan debería estar presente en la dieta diaria de todos los niños.

 
Una gran variedad de acompañamientos
Aunque la versión más extendida en el desayuno son las tostadas con mantequilla y mermelada, hay versiones sencillas y ricas para fomentar el consumo de este alimento en la primera comida del día: en trocitos y mezclado en leche, con aceite y tomate, acompañado de atún o caballa, con una pasta de aguacate o con finas lonchas de jamón… Lo ideal es ir variando para que los niños no se cansen y aprendan a comer todo tipo de cosas.

Los bocadillos admiten muchas variaciones y permiten introducir elementos que muchos niños rechazan como el pescado o los vegetales. El atún, el bonito, las sardinas… son los pescados en conserva más comunes y con ellos se pueden realizar ricos patés caseros. En cuanto a los vegetales se puede acostumbrar a los niños a acompañar el fiambre con una rodaja de tomate natural o con una hoja de lechuga o de aros de cebolla frita. Lo importante es empezar poco a poco e ir introduciendo sabores distintos y texturas, de tal manera que la merienda o el desayuno ayuden a mantener el equilibrio nutricional de los niños.

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