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Ajedrez: muy beneficioso para los niños

Niña y niño jugando con abuelo al ajedrez

Tres años: la edad ideal para aprender
Tres años es la edad ideal para comenzar con el aprendizaje del ajedrez. Aunque desde los tres hasta los siete predomina el pensamiento intuitivo, es decir, aún los niños no pueden planificar jugadas de forma abstracta, desde mucho antes pueden familiarizarse con los materiales (las piezas, el tablero) y jugar de forma libre, como si fuera cualquier otro juguete. Según van creciendo se pueden ir incorporando la enseñanza de las normas básicas y luego ya los movimientos sencillos (la torre y el alfil son los más fáciles). Existen muchos juegos para que los niños se familiaricen con el ajedrez, incluso algunos educadores incluyen su enseñanza en primaria y existe un movimiento en Europa que aboga por incorporar el ajedrez como asignatura curricular a partir de los 6 años ¿La razón? La gran cantidad de beneficios que reporta. Te contamos cuáles son.

 
Beneficios intelectuales

  • Mejora la concentración. Con la práctica del ajedrez los niños aprenden a atender y se acostumbran a pensar. De hecho se considera como una herramienta de trabajo para los niños que sufren TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad).
  • Ejercita la memoria. La memoria es una herramienta importante en la práctica del ajedrez ya que al repetirse situaciones podemos anticipar qué pasará si ejercitamos un determinado movimiento.
  • Favorece el pensamiento abstracto, así como fomenta la imaginación. El ajedrez se basa en buscar soluciones distintas a un problema que está en el tablero. Imaginar movimientos es clave para adelantarse a las jugadas y ganar el juego.
  • El trabajo mental que se ejercita cuando se juega al ajedrez es muy parecido al que nos enfrentamos cuando resolvemos un problema matemático, por lo que su práctica favorece el pensamiento lógico-matemático.
  • Analizar los movimientos y elegir el que más nos conviene hace que se desarrolle una habilidad clave para muchas de las actividades que hacemos en el día a día y que puede ser muy útil en el aprendizaje de otras facetas intelectuales.

 
Beneficios sociales

  • El ajedrez es un juego en el que seguir unas normas específicas es imprescindible para jugar. En el ajedrez no existen las ventajas, los errores de cada uno son lo que hace que se pierda la partida. Eliminado de la ecuación del azar, el ajedrez es una buena forma de determinar el rendimiento de cada jugador.
  • Con el ajedrez hay que aprender a perder y a ganar. Alternar victorias y derrotas hace que los niños acepten bien el resultado, sea cual sea.
  • Fomenta la responsabilidad. Al no depender el azar, el niño tiene que aprender a asumir sus propios errores y a aprender de ellos, una enseñanza que sin duda es muy valiosa para muchas otras facetas de la vida.

 
Beneficios emocionales

  • Organización. El ajedrez ayuda a ser organizado y a no dejarse llevar por lo emocional. Ponerse nervioso, enfadado… hace que el jugador se debilite y que le lleve a perder. El niño debe aprender a pensar, a controlar las emociones y a no dejarse llevar por impulsos.
  • Ayuda a desarrollar la empatía. En el ajedrez se tiene que tener en cuenta los movimientos del contrario, por lo que el niño debe hacer el ejercicio de ponerse en el lugar del otro y anticiparse a las acciones del oponente.
  • Fomenta la autoestima. Cuando se aprenden de los propios errores y se mejora crece la confianza del niño en sí mismo. Además, al ver que el esfuerzo da resultados positivos le incita a seguir trabajando de esa manera.
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