Aprender a leer: cómo motivarles
Despertar el interés por la lectura
La edad a la que los niños deben aprenden a leer ha sido siempre un tema que genera debate. En algunos países no se comienza con este aprendizaje hasta los 7 años, mientras que en España, adelantamos esta edad al primer curso de primaria, pero se trabaja la lectoescritura desde los primeros años. Sin embargo, más importante que la fecha en la que los niños deben aprender a leer es despertar el interés de los niños por la lectura, y esto se puede hacer desde que los niños son bebés.
Libros a su disposición
Los estudios realizados al efecto reconocen que los niños que ven en casa libros y los tienen a disposición tienen muchas más posibilidades de ser grandes lectores que aquellos que se crían en hogares que disponen de pocos o ningún volumen. Esto es debido a que los niños toman como referencia el comportamiento de los adultos, y si observan que los padres leen, a menudo quieren leer ellos también. Además, leerles desde que los niños son bebés también provoca que los niños se posicionen positivamente hacia la lectura.
Leer: clave en el sistema escolar
Aprender a leer es un momento clave en el desarrollo del niño y forma parte intrínseca de todo el aprendizaje escolar. Todo, desde las ciencias hasta la música o el cine, pasa por un desarrollo lector adecuado.
Estos son algunos consejos para acompañar a los niños en este bonito y rico aprendizaje donde la motivación es clave para que con el tiempo los niños disfruten con la lectura y se conviertan en grandes lectores:
- Leerles desde la cuna. Cuanto antes empecemos esta labor mucho mejor. Los niños, mucho antes de que empiecen a hablar disfrutan de la escucha. Incluso aunque no entiendan lo que decimos, les llama la atención el tono, la expresión que ponemos al contarles algo, todo les suscita un interés que se les queda grabado en el cerebro como situaciones reconfortantes y agradables. A menudo, mostrarles cuentos con actividades cotidianas, donde ellos se puedan sentir identificados les encanta.
- Tener en cuenta el interés del niño. Hay niños que son más proclives a la lectura que otros. Si muestra interés, lo mejor es satisfacerlo. Si no lo hace, podemos dejarlo en manos del aprendizaje que se haga en la escuela. Presionarle para aprender a leer puede ser contraproducente. Por eso, todo nuestro apoyo debe dirigirse a encontrar material que le pueda interesar: animales, escenas de la vida cotidiana, medios de transporte, el espacio… cada niño es distinto y le llamarán la atención unas cosas más que otras.
- Motivar con el ejemplo. El interés de los niños se puede trabajar y para ello no hay nada mejor que dar ejemplo. Si los niños ven que sus padres leen, verán la lectura con cierto interés. Es el primer paso para que tengan interés por la lectura. Si además, de leer en casa les leemos reforzaremos el interés de los niños.
- Dejar que los niños elijan sus propios libros. Podemos acompañarles a una biblioteca o acercarnos a una librería y dejar que ellos hojeen buscando aquello que más les interesa. Si son muy pequeños es mejor optar por libros de cartón duro para que ellos los puedan manipular sin riesgo de que se rompan.
- Poner los libros a su alcance. Si los niños pueden ver los libros cuando ellos quieran y a su ritmo los verán como algo propio. Los libros infantiles deben colocarse en estantes bajos y mejor en vertical, porque si se apilan unos sobre otros solo cogerán los de arriba. La clave es que puedan disponer de ellos en el momento en que lo deseen, sin necesitar de un adulto.
- Jugar con las letras y con las palabras. Desde que son pequeños se pueden hacer juegos para hacer caracteres. Aprender a leer debe ser divertido. Si el menor se aburre, perderá el entusiasmo. Se pueden hacer letras con palitos en el parque, utilizar letras imantadas para componer su nombre u otras palabras… Cualquier ocasión es buena para despertar su interés.
