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Aprender inglés desde la cuna. ¡Es posible!

Niños en las escuela infantil escuchando canciones en inglés

En los primeros años un idioma se aprende casi sin darnos cuenta
Lo antes posible. Los estudios lo dejan claro: cuanto antes se exponga a un bebé a un idioma más facilidad tendrá para asimilarlo. Tener contacto con otra lengua distinta a la lengua materna ayuda a mejorar la comunicación. Además, el aprendizaje de otro idioma en los primeros años se adquiere de forma natural, casi sin darse cuenta. Incluir en el proyecto educativo el bilingüismo no es tan difícil. Tan solo hay que conocer los recursos e implantarlo en las rutinas diarias de la escuela.

 
Aprender inglés en España: más fácil que nunca
En el caso del inglés, en España nunca ha sido tan sencillo favorecer su aprendizaje. Prácticamente la totalidad de la televisión puede ponerse en versión original, existen canciones, cuentos, juegos… para que los niños se vayan familiarizando con el inglés.

De los 0 a los tres años la forma de aprender una segunda lengua es la misma que la de la lengua materna: primero se escucha, luego se entiende y, por último, se habla. Y, por supuesto, la mejor forma de hacerlo es a través del juego.

 
El juego: la guía que debe usarse en todo aprendizaje
Jugar es la manera que tienen los niños de aprender; además, jugando se establecen asociaciones positivas hacia lo que se está aprendiendo. Durante los primeros años, los niños tienen un desarrollo neurológico impresionante. Los niños adquieren conocimiento a través de los sentidos: tocan, ven, chupan, huelen y, por supuesto, oyen. Te contamos cuáles son las mejores formas de enseñar un idioma a un bebé en la escuela infantil. Son los recursos que debemos emplear en el aula para que el aprendizaje sea satisfactorio. ¡Toma nota!

  • Durante el primer año. Los juegos en los que se puede introducir la lengua inglesa deben ir siempre acompañados de canciones, ya que el ritmo, la repetición y la melodía ayudan a fijar los conocimientos. También puedes hablarle mientras le muestras un sonajero o usar el sonajero de acompañamiento en las canciones. Además, los bebés aprenden siguiendo objetos con los ojos, así que aprovecha para nombrar los objetos que sean de su interés. Los juegos en los que un objeto aparece y desaparece también son muy excitantes para los niños y suelen dar mucho juego para usar otra lengua.

    En definitiva, durante el primer año el inglés debe introducirse en las actividades de su rutina diaria (mientras come, hay cambio de pañal o leyendo un cuento antes de la siesta) y para ello es clave que tengamos un ambiente adecuado, cálido y afectuoso e introducir el idioma hablando a los bebés o cantando.

  • A partir del año. Los juegos van evolucionando con la edad del niño y con el conocimiento del entorno, por lo que podemos tener más variedad de juegos.

    Materiales variados: juegos, anillos, hueveras, cubos… los niños pueden usar una gran cantidad de objetos y aprender vocabulario. Pídele un objeto para que te lo traiga, hacer alguna actividad con el material…

    Hay que dejar que el niño se mueva libremente y explore lo que tiene alrededor y hacer juegos para que los niños interactúan: crea una caja de tesoros, haz botes sensoriales… Además, comienza poco a poco el juego heurístico y simbólico… En estas edades los niños pueden recibir indicaciones sencillas e aprenderán a través de la imitación. Los juegos se hacen más complejos, pero el idioma debe formar parte de su día a día: se establecen canciones para recordar ciertas rutinas, contar cuentos, bailar y cantar en inglés son actividades que se deben usar para que aprendan vocabulario y se diviertan mientras aprenden.

  • A partir de los dos años. Los niños empiezan a decir sus primeras palabras. Por eso en esta época es clave la interacción. Juegos de rol-play, imitación, pequeños teatrillos… todo lo que les fomente el lenguaje son ideales para esta etapa. Los niños necesitan participar y para ello tienen que tener un ambiente que acompañe: deben sentirse seguros y relajados.

 
En definitiva, aprender una segunda lengua puede ser una tarea sencilla, pero necesita de constancia y voluntad. No solo el trabajo que realizamos en la escuela infantil, también hay que involucrar a las familias y comunicarles que ellos desde casa pueden fomentar el inglés solo con cambiar el audio de los dibujos es clave para que los niños tengan exposición al idioma y, poco a poco, lo integren en su día a día.

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