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Bebés: fomentar la lectura desde los primeros meses

Mamá leyendo un cuento con su bebé

Promover la lectura desde que nacen
Promover la lectura en los niños pequeños no debe limitarse a los pequeños que están aprendiendo a leer y los que ya se desenvuelven al menos un poco con la lectura. Los expertos señalan que existen enormes beneficios de leer a los niños desde que nacen. Existe una relación entre lectura y pensamiento que va más allá de la lectura y por eso conviene iniciarse en la lectura lo antes posible.

La lectura es mucho más que una decodificación de unos símbolos, podemos asegurar que los bebés ya “leen” desde que nacen. Los sonidos, los gestos o las carantoñas de sus familiares estimulan al niño a interpretar un lenguaje oral que va más allá de la lectura tal y como nos referimos comúnmente a ella. Esta “lectura” de los gestos y los sonidos es el origen de la actividad del pensamiento y es de vital importancia para el desarrollo del mismo.

Mejora el desarrollo afectivo de los niños
Leer es, sin duda, una de las actividades más placenteras que existen. Con la lectura mejora el desarrollo psicológico y afectivo de los niños ya que a través de la narración oral los pequeños pueden experimentar sentimientos y sensaciones que dejan una impronta en su cerebro, a la vez que refuerzan los vínculos con aquellos que facilitan la lectura.

Como introducir a los bebés en la lectura
Los expertos señalan que la lectura mejora las habilidades lingüísticas de los niños. La narración oral les introduce en el mundo del lenguaje, de la imaginación y gracias a ella consiguen aprender palabras con más rapidez, mejoran la comprensión y ejercitan el cerebro para adquirir el lenguaje con más facilidad. Estos son algunos consejos que ofrece la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, que promueve la difusión de las obras escritas y la lectura:

  • Contar historias desde el principio. Lo mejor es comenzar lo antes posible para hacer que los relatos sean parte de la vida del niño, una necesidad como comer, dormir o jugar. Los bebés disfrutan y necesitan de sus rutinas, por esta razón, si convertimos la lectura o el cuento en una rutina, el niño la incorporará dentro de su vida como una necesidad más.
  • Tener en cuenta el carácter lúdico de la lectura. Esto es básico en los primeros años. Canciones, nanas y juegos corporales son clave para que el niño vea las actividades lectoras como un juego. Jugar con las palabras y con la memoria fomenta su capacidad de comunicación y se convierte en una fuente de placer para los más pequeños.
  • Buscar el momento apropiado. Para ello el niño debe estar tranquilo y relajado, sobre todo si tiene ganas de ver libros, hojearlos y disfrutarlos. Cualquier lugar es bueno para ver un libro, pero debe ser un momento de disfrute.
  • Hablar sobre la historia. Podemos desde describir las ilustraciones o repetir sonidos o palabras que le llamen la atención. La clave es descubrir el interés del pequeño, guiándonos a través de sus miradas o sus expresiones.
  • Leer no es una obligación. Si el bebé no quiere leer podemos intentarlo en otro momento. Lo mejor será buscar otra actividad y dejar la lectura para otra ocasión.
  • Dejar los libros a su alcance. Permitir que los niños se familiaricen con los libros es importante para despertar su interés por la lectura. Dejarlo jugar, hojear, coger… Por eso, para empezar hay que ofrecerles materiales de cartón duro, de tela o de texturas que no se rompan si el niño se lo lleva a la boca, lo tira o lo agarra con fuerza.
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