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Catarros y la vuelta al cole: ¿Por qué los niños tienen más mocos al empezar las clases?

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El catarro, protagonista de la vuelta al cole

Con la vuelta al cole, muchos padres se enfrentan al mismo panorama: los mocos y catarros se convierten en los protagonistas de la temporada. Esta situación, que parece casi un ritual anual, genera dudas e inquietudes sobre sus causas, cómo aliviar los síntomas en los más pequeños y qué medidas pueden adoptarse para prevenirlos.

¿Por qué se producen los mocos?

El exceso de mucosidad en los niños, especialmente en la etapa de 0 a 6 años, es una respuesta natural del cuerpo a los agentes externos. El moco actúa como una primera línea de defensa, atrapando microorganismos, polvo y otros irritantes antes de que ingresen al sistema respiratorio. El moco es, por tanto, una respuesta del sistema inmunológico a una infección viral, como los rinovirus, principales causantes del resfriado común. Estos virus desencadenan una inflamación de las vías respiratorias, lo que estimula la producción de mucosidad para proteger y reparar los tejidos afectados.

¿Por qué hay más mocos en la época escolar que en verano?

  • Ambientes cerrados y contacto cercano: En las escuelas infantiles y colegios, los niños comparten aulas, materiales y juguetes, lo que facilita la transmisión de virus. El contacto cercano entre ellos crea un entorno ideal para que los microorganismos se propaguen rápidamente.
  • Sistema inmunológico en desarrollo: En los primeros años, el sistema inmunológico aún está madurando. Cada exposición a un virus nuevo representa un desafío que contribuye a fortalecer sus defensas, pero también provoca episodios frecuentes de infecciones respiratorias.
  • Cambio de rutinas: Tras un verano al aire libre, donde el riesgo de contagio es menor, el regreso a espacios cerrados aumenta la posibilidad de contraer virus. Además, el inicio del curso coincide con temperaturas más frescas, que pueden debilitar las barreras respiratorias.
  • Factores ambientales: La disminución de la humedad en el aire y el uso de sistemas de calefacción en otoño e invierno pueden resecar las mucosas, haciéndolas más vulnerables a las infecciones.

¿Qué podemos hacer para mejorar los síntomas?

Aunque los mocos son una parte inevitable del desarrollo inmunológico infantil, existen medidas para aliviar los síntomas y mejorar el bienestar del niño:

  • Lavados nasales: Son una herramienta eficaz para limpiar las vías respiratorias y reducir la congestión. Utilizar suero fisiológico o soluciones salinas ayuda a eliminar el exceso de moco y a mantener las fosas nasales húmedas.
  • Hidratación adecuada: Beber suficiente agua contribuye a fluidificar la mucosidad, facilitando su eliminación.
  • Humidificadores: Mantener una humedad ambiental adecuada puede aliviar la sequedad de las vías respiratorias, especialmente en los meses fríos.
  • Descanso y confort: El sueño es fundamental para la recuperación. Asegúrate de que el niño duerma en un ambiente cómodo y bien ventilado.
  • Alivio de la fiebre y malestar: Si hay fiebre o molestias, los medicamentos como el paracetamol o el ibuprofeno pueden ser útiles, siempre bajo supervisión médica.

Trucos para reducir los mocos

Además de los cuidados generales, existen estrategias específicas para reducir la cantidad de mucosidad:

– Postura y drenaje: Colocar al niño con la cabeza ligeramente elevada durante el sueño puede facilitar el drenaje nasal.

– Vapor de agua: La inhalación de vapor, ya sea con duchas calientes o recipientes de agua caliente, ayuda a despejar las fosas nasales y aliviar la congestión.

– Ejercicios de respiración: En niños mayores, enseñarles a sonarse correctamente la nariz puede ser beneficioso para evitar acumulaciones de moco.

Prevención: ¿Se pueden evitar los mocos?

Si bien es imposible evitar por completo los catarros en esta etapa de la vida, hay medidas que pueden reducir su frecuencia e impacto:

  • Higiene de manos: Enseñar a los niños a lavarse las manos con frecuencia y de manera adecuada es una de las formas más efectivas de prevenir contagios.
  • Evitar compartir objetos personales: Fomentar el uso individual de vasos, cubiertos y otros utensilios ayuda a limitar la transmisión de virus.
  • Ventilación de espacios: Asegúrate de que las aulas y habitaciones estén bien ventiladas para reducir la concentración de virus en el aire.
  • Alimentación equilibrada: Una dieta rica en frutas, verduras y alimentos que refuercen el sistema inmunológico, como los que contienen vitamina C, puede contribuir a prevenir infecciones.
  • Vacunación: Seguir el calendario de vacunación recomendado protege contra enfermedades más graves que pueden complicar los catarros comunes.
  • Fomentar el tiempo al aire libre: Las actividades al exterior fortalecen el sistema inmunológico y disminuyen la exposición a ambientes cerrados, donde los virus prosperan.

Los catarros son inevitables en la infancia, pero también son parte del desarrollo de un sistema inmunológico fuerte. Con cuidados adecuados y prevención, los padres pueden ayudar a que esta etapa sea más llevadera. Al final, los mocos son solo un pequeño obstáculo en el camino hacia una infancia sana y feliz.

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