¿Cómo han ido los primeros días de cole?
Una adaptación para niños y padres
Los comienzos no siempre son fáciles. Lloros, miedos, inseguridades… Es el llamado periodo de adaptación, que varía según el niño y cada familia. Aunque debes saber que hay algunas pautas generales que te conviene conocer.
Adopta las rutinas de tu escuela lo antes posible
Desde el punto de punto de vista educativo es un momento único: es la primera vez que el niño sale del ámbito familiar a un entorno totalmente desconocido, por lo que debemos darle un tiempo de adaptación. Es un periodo de transición al que padres y niños deben adaptarse: se cambian las rutinas, los horarios de las comidas, el ocio e incluso, en ocasiones, el tipo de alimentación. Por esta razón, confía en tu escuela infantil. Ellos son profesionales y están acostumbrados a ver todo tipo de situaciones. ¡Toma nota de lo que te digan y ármate de paciencia! Recuerda que acudir a una escuela infantil es muy beneficioso para tu hijo y que les va a aportar una autonomía y un aprendizaje muy valioso para los años posteriores. Además, si tú te mantienes sereno, tu hijo estará más tranquilo.
Además, desde el punto de vista emocional, los padres llegan muchas veces a la escuela infantil llenos de incertidumbre sobre si su hijo estará bien cuidado y atendido y sobre si recibirá todo el cariño necesario. La mejor vacuna para estar tranquilo es una buena comunicación. La información que los educadores dan diariamente sobre los niños hace que los padres poco a poco vayan ganando confianza y con el centro infantil y sus trabajadores.
Pautas para afrontar la escuela infantil con éxito
Te mostramos las pautas a seguir para que poco a poco tu hijo se adapte al cole y comience esta nueva etapa de la vida con buen pie:
- Fuera los sentimientos de culpabilidad. Ir a una escuela infantil es la mejor opción para tu hijo. Allí recibirá los estímulos necesarios para desarrollarse íntegramente y estará a cargo de profesionales que saben qué hay que hacer y cómo hacerlo. Confía en los educadores de tus hijos.
- Transmite seguridad al bebé. No te dejes llevar por los nervios. Controla lo que dices y, sobre todo, cómo lo dices. El niño debe verte seguro ante esta decisión.
- Evita las algunas frases tales como: “no llores que me pongo triste” donde se le pasa al niño la responsabilidad del estado de ánimo de los padres. O “en un ratito vengo”, ya que no es cierto. Otras como “deja de llorar y luego te compro…” que no deja de ser un soborno o “Venga, no llores, que no es para tanto” donde se minimizan sus sentimientos.
- Haz una despedida rápida. Si alargas el momento de decir adiós alargarás el sufrimiento de niños y mayores. Pero no te vayas sin despedirte, ya que el niño se podría asustar.
- Intenta que no falte los primeros días después del primero. Cuanto antes coja la rutina mejor para el niño. Si empieza a faltar porque os da pena conseguiréis el efecto contrario y la adaptación se alargará.
- La adaptación es un gran cambio. Así que todo lo demás debe ser lo más estable posible. Nada de introducir cambios evitables como cambiar de habitación, quitar el chupete…
