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Con la llegada del buen tiempo… ¡adiós pañales!

Niño sentando en orinal

Preparado para dejar de usar el pañal
A partir de los dos años de edad comienza el trabajo sobre el control de esfínteres y a muchos padres les surgen dudas… ¿cómo le podemos ayudar? ¿Le podemos causar problemas si forzamos al niño a usar el inodoro? La respuesta es no. Todos los niños, excepto aquellos que tienen problemas físicos o mentales graves, terminan haciéndolo antes o después. La dificultad estriba en animarlos sin presionarlos demasiado para que no produzca en el niño el efecto contrario al deseado. Por eso, lo primero es saber si el niño está preparado para dar el paso.

 
Requisitos físicos, cognitivos y emocionales
Para que el niño controle los esfínteres existen una serie de señales que debemos tener en cuenta. Son requisitos físicos, cognitivos y emocionales que nos van a indicar si el niño puede dejar atrás los pañales.

  • Requisitos físicos. Para controlar los esfínteres los niños deben ser capaces de controlar los músculos que usan para hacer pis y caca y su vejiga debe ser suficientemente grande para no tener que orinar cada poco rato. ¿Pasa horas manteniendo el pañal seco? ¿Hace el niño una deposición diaria o hace varias pequeñas? Si el niño hace pocas veces pis y caca, entonces físicamente está preparado para dejar los pañales. Los requisitos físicos son imprescindibles para pensar en retirar el pañal, ya que de otra manera estaríamos adelantándonos a su desarrollo natural.
  • Requisitos cognitivos. El niño debe ser consciente de que está mojado y sentir de una manera u otra que quiere estar limpio. Algunos niños quieren quitarse el pañal, se esconden para hacer o se nota que quieren hacer pis porque cruzan las piernas, se ponen tensos… En estas situaciones podemos ayudarles verbalizando. Por ejemplo, ¿quieres hacer caca?Si el niño expresa que está mojado o sucio, hay que elogiarle.

    Además, el niño debe ser capaza de entender y seguir instrucciones sencillas y tener la suficiente coordinación y destreza para poder ir al baño, desvestirse rápidamente y volver a vestirse.

  • Requisitos emocionales. Para controlar los esfínteres los niños deben asumir la responsabilidad de ello. Ser conscientes de su propio cuerpo y observar sus necesidades. A veces los niños, los niños se sienten presionados y no quieren lanzarse a esta nueva aventura a pesar de estar física y cognitivamente maduros para ello. En este sentido, podemos tranquilizarle, hablando sobre orinar y defecar, pero sin presionarle. A veces, ver a los padres o a los hermanos yendo al baño les anima a imitarlos. Lo único que hay que hacer es actuar con naturalidad.

 
Los niños aprenden por imitación
Una buena forma de enfocar el aprendizaje es comprar un orinal infantil y demostrar al niño cómo se utiliza y después dejar que sea él quien tome la iniciativa. También se puede comprar muñecos que hagan pipí, animándoles a que jueguen con ellos.

En cuanto a la retirada de los pañales es preferible no obligar a los niños a ir sin ellos, porque le puede generar inseguridad, más aún si no hay sido él o ella quien ha decidido quitárselo. Es mejor dejarle la iniciativa al niño de llevar ropa interior.

Lo ideal es dejar que el proceso sea natural, sin usar castigos ni recompensas. El sentido es que se trata de que el niño sienta que lo ha conseguido él solo, sin necesidad de premiarle o castigarle por conseguirlo. Este enfoque requiere paciencia y confianza, pero es más respetuoso con su ritmo de crecimiento.

 
Y si tiene un retroceso
Es bastante habitual que el niño tenga algún retroceso. Puede pasar que el niño lleve semanas sin llevar pañales y usando el orinal y un día vuelva a pedir el pañal. Esto puede indicar que está estresado. A veces cambios como un viaje, una mudanza o un cambio en la situación familiar puede preceder a un retroceso. Por eso, si se va a producir un cambio importante en la vida del niño es mejor esperar con este aprendizaje.

 
Cómo actuar ante los miedos
Los miedos pueden interferir en el proceso de aprendizaje del uso del inodoro. A partir de los dos años y medio el niño adquiere conciencia del concepto de la muerte. Este puede provocar miedo a defecar, y retener la caca, creando además problemas de estreñimiento. Lo mejor, no presionar al niño y ayudarle a superar sus miedos. Puedes coger una muñeca y hacerle reír simulando que le da miedo ir al baño… La risa siempre es una buena aliada para ayudar a descargar ansiedades y tensiones.

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