¿Cuál es el mejor momento de dejar el chupete?
Muchos detractores, pero un beneficio muy grande
Pocos elementos en la crianza de un niño dan tanto que hablar. Desde siempre, el chupete ha tenido detractores, pero desde que se descubrió que su uso puede prevenir el síndrome de muerte súbita del lactante, los pediatras recomiendan llevarlo durante los primeros meses de vida. Si bien su uso está bastante extendido, el problema viene a la hora de abandonarlo. ¿Hasta qué edad es conveniente llevarlo y cuáles son los efectos negativos de usarlo a largo plazo?
Un buen momento para dejarlo
El chupete es un objeto muy utilizado que desde siempre ha sido objeto de controversia. Los estudios que se han hecho relativos a si es beneficioso o perjudicial su uso han concluido que no tiene efectos negativos si uso se deja a tiempo, además de que posee la ventaja de que ayuda a prevenir el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).
En cuanto al momento de dejarlo, no existe un consenso universal, pero por lo general se habla de los tres años el límite de edad para abandonarlo, ya que las consecuencias negativas que provocan su uso antes de esa edad desaparecen de forma natural con el desarrollo. La Asociación Española de Pediatría (AEP) señala que conviene “limitar su uso hasta el año de vida, lo cual incluye las edades de máximo riesgo del SMSL y aquellas en las que el lactante tiene más necesidad de succionar”.
Consecuencias negativas del uso del chupete
La mala fama del chupete se debe a que se relaciona su uso con el acortamiento del periodo de amamantamiento y por provocar problemas en la lactancia, aumentar la frecuencia de otitis media, problemas dentales y riesgo de accidentes.
Problemas dentales, el mayor riesgo
Las malformaciones dentales es una de las preocupaciones de los dentistas cuando un niño usa el chupete más allá de los 36 meses. El tipo de succión que se efectúa con el chupete, beneficioso como efecto analgésico y para calmar el estrés de los bebés, modifica de forma paulatina la posición de los dientes y con el tiempo afecta a la mordida. Sin embargo, para que estos problemas sean serios, el niño debería estar succionando con intensidad unas 6 horas al día, lo cual es bastante infrecuente a la edad de tres años. Los niños, a esta edad, suelen tener el chupete en la boca, sin apenas ejercer presión sobre los dientes, por esta razón, las posibles deformaciones son normalmente reversibles.
Sin embargo, si el hábito de usar chupete continúa en el tiempo llegando hasta los seis años, los problemas que acarrea pueden ser numerosos: los dientes centrales inferiores se inclinan hacia dentro y los superiores se separan y se deforman hacia fuera. Se estrecha el paladar y las arcadas dentarias pueden perder la alineación dando como resultado la “mordida cruzada” o “abierta”.
El chupete y el desarrollo en el lenguaje
El riesgo de trastornos del lenguaje asociados al uso del chupete es otra de los riesgos del uso prolongado del chupete. Según las investigaciones que se han hecho sobre este tema concluyen que los niños que usaron el chupete durante tres años o más tenían hasta tres veces más posibilidades de tener trastornos en el habla, tales como dificultad para pronunciar determinados sonidos o palabras. El origen de estos problemas se debe a que al pasar mucho tiempo con el chupete, los músculos de la boca, la cara y lengua no se desarrollan de modo apropiado, por lo que dificulta la producción de determinados sonidos.
La relación del chupete con la otitis media
Se ha comprobado que el uso continuado del chupete es un factor de riesgo para padecer otitis media aguda. Sin embargo, como la otitis suele producirse de forma habitual después del primer año de vida, no debería ser un problema cuando el chupete se retira en torno a la recomendación general de los pediatras, hacia los 12 meses.
