Dibujo: una actividad muy beneficiosa para los niños
Fomenta habilidades y desarrolla la creatividad
El dibujo es una de esas actividades llenas de ventajas para el que la practica. Además de ser una fuente de expresión muy potente es una actividad que ayuda a desarrollar varios aspectos cognitivos: favorece la psicomotricidad fina, aporta calma y seguridad, ayuda a desarrollar la creatividad y es clave para el desarrollo posterior de la lectoescritura.
Garabatos: los primeros trazos comienzan alrededor de los dos años
Alrededor de los dos años los niños empiezan a garabatear (son las primeras líneas del dibujo) de forma espontánea. Empieza un periodo en el que están muy interesados en el dibujo y como tal debemos dejarlos que exploren y prueben. Dejar que dibujen con libertad, sin interferencias, es perfecto para que desarrollen su autonomía y su creatividad.
Dejarles pintar sin emitir juicios sobre lo que está dibujando
En ocasiones, cuando el niño comienza esta etapa, los padres tendemos a emitir juicios sobre lo que el niño está haciendo. ¿Eso es una casa? ¿Y los brazos del niño? Los adultos tendemos a encasillar los dibujos o a corregirlos, adaptándolos a nuestros estándares de lo que deberían ser, pero lo ideal es no interferir en su creatividad y su expresión. No hay nada malo o bueno en lo que el niño dibuja, salvo que haya que limitar el lugar donde pinta. No se trata de que pueda usar la pared de lienzo, por ejemplo.
Pintar potencia la creatividad y la capacidad de concentración. Gracias al dibujo los niños mejoran en percepción espacial y dan rienda libre a su imaginación. Y además, si el niño pinta libremente, mejora su autoestima, ya que todo lo que ellos logran por sí mismos les anima a probar nuevos retos y les aporta confianza.
Pero, ¿cómo podemos acompañarlos sin cortar las alas a su creatividad?
Cuando hablamos de no interferir, no significa que no podamos acompañarles o mostrarles cómo mejorar para lograr un objetivo: pintar un perro. Para ello, hay que diferenciar si el niño está pintando algo abstracto o no. En el caso de que sí lo esté haciendo dejarle en libertad, que pinte cómo quiera, es positivo, ya que está poniendo en marcha su creatividad y a través de ella se expresa, muestra su forma de ver la realidad y aprende a buscar soluciones no convencionales. Gracias a la pintura se ponen en marcha una gran cantidad de habilidades, que inciden en el desarrollo del pensamiento y del carácter y que resultan muy positivas.
Recuerda que una cosa es mostrar interés, acompañar y otra distinta corregir o indicar. Te damos algunos consejos para acompañar al niño mientras pinta, pero sin interferir en su creatividad:
- Pregunta a tu hijo sobre lo que está dibujando, mostrando interés. ¿Qué estás dibujando? o ¿por qué has puesto este árbol ahí? Estas preguntas les ayuda a pensar sobre lo que están realizando y a expresar lo que piensan o sienten sobre lo que están pintando.
- Ofrécele materiales distintos. No te limites a las pinturas o rotuladores, puedes usar esponjas, ceras, brochas, un trozo de patata… prueba también con distintas superficies. Si te preocupa que se manche, recuerda que existen babys de plástico perfectos para que puedan manipular pinturas sin miedo a las manchas.
- Comparte este momento con ellos y dibuja tú también. Pasar un rato con los niños haciendo lo que a ellos les gusta fomenta el vínculo entre padres e hijos. Gracias a este tiempo los niños pueden aprender y descubrir nuevas técnicas o estilos… La clave es no corregir y no poner atención en el resultado, sino en el proceso. Para ello, elogia su creatividad y valora su dedicación y esfuerzo.
- Enséñale ejemplos de cuadros, ilustraciones, pinturas… Esto les permite ampliar sus conocimientos y les ayuda a coger autoestima, al ver que tienes interés en sus creaciones.
