En los primeros años, ¡evita las pantallas!
Hasta los dos años, nada de móviles o tablets
Los expertos lo tienen claro: usar un smartphone como niñera para tus hijos es perjudicial para la salud, ya que fomenta los hábitos poco saludables en los niños, entre los que se incluye el sedentarismo, problemas de sueño, retrasos en el aprendizaje y problemas de conducta. La Organización Mundial de la Salud sostiene que los primeros años son un periodo de rápido desarrollo y una época en la que los modos de vida familiar deben adaptarse para mejorar la salud. En este sentido, establece que en el caso de lactantes no se usen las pantallas en absoluto y, al menos hasta los dos años, cuanto menos uso de las pantallas mejor que mejor.
A estas recomendaciones se ha unido también la Asociación Española de Pediatría, que desde hace varios años advierte que “Es fundamental limitar el tiempo delante de pantallas: de cero a dos años, no se recomienda pasar tiempo delante de una pantalla y de dos a cuatro años, la exposición delante de una pantalla no debe ser superior a una hora al día”.
El abuso de las pantallas afecta negativamente a la salud
El uso de pantallas de los niños se ha convertido en los últimos años en un problema no solo de educación, sino de salud, ya que impacta directamente en el bienestar físico, psicológico y social de los más pequeños. No solo está relacionado con el aumento de peso, también al sedentarismo, a las dificultades para conciliar el sueño o para dormir lo suficiente, los retrasos en el aprendizaje provocados por una menor interactuación con los demás y el menor desarrollo psicomotor entre otros. Además, puede provocar problemas de comportamiento por los contenidos vistos. Así, la Academia Americana de pediatría recomienda que los padres conozcan dichos contenidos y se compartan en familia para educar al niño sobre lo que ve.
Trucos para aparcar el móvil
En nuestras manos está fomentar en el niño los hábitos saludables, por esta razón los pediatras recomiendan:
- Fomentar las actividades de ocio y tiempo libre. Salir al parque, al campo, a la montaña… Dependiendo de nuestras posibilidades, pero al aire libre.
- Acudir a sitios donde los niños puedan interactuar con otros niños.
- Hablar con nuestros hijos de forma habitual, intentando transmitir valores positivos y trabajando por aumentar su autoestima: dejándoles ser autónomos y no sobreprotegiendo en exceso.
- Dando ejemplo con nuestros comportamientos. Para ello, debe haber espacios libres de tecnología. Las comidas o cenas familiares son buen ejemplo.
- No usar la tecnología como chupete emocional. Este término, acuñado por la Asociación Americana de Pediatría, alude a la costumbre de dar una pantalla para calmar a un niño frente a una rabieta o berrinche e insiste en encontrar otras estrategias para que los niños aprendan a canalizar las emociones.
En definitiva, los expertos señalan que hasta los seis meses debe primar el contacto íntimo con sus cuidadores. A partir de ese momento, los niños se habitúan al entorno que los rodea y comienzan a probar el movimiento, por lo que conviene que pasen tiempo tumbados boca arriba en el suelo, para que aprendan a girar y poco a poco a sentarse, gatear…
Con 18 meses los niños ya andan y es el momento de la estimulación psicomotriz, para lo que hay que ir al campo, al parque… Además, de fomentar actividades de psicomotricidad fina como abrir cremalleras, abrochar y desabrochar… para ello existen paneles sensoriales Montessori que ayudan a realizar estas pequeñas actividades.
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