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Estimular al bebé con juegos y ejercicios, clave para su desarrollo

Bebé boca abajo con juguetes alrededor

Estar boca abajo, un ejercicio para tenerlo presente
Cuando un niño entra en una escuela infantil a los 4 meses, los educadores son capaces de discernir si un niño ha pasado ratitos boca abajo, sobre su tripa, ya que los que han estado en esta postura tienen mejor musculatura en el cuello, en los hombros y esto hace que tengan mayores habilidades motrices. Te contamos por qué es tan beneficioso poner al niño boca abajo, cuándo y cómo debe hacerse estos ejercicios según la edad del pequeño y porqué es importante contarles a las familias que los niños se sigan ejercitando también en casa.

Poner al bebé boca abajo, muy beneficioso
Aunque los expertos señalan que la mejor postura para dormir es boca arriba, cuando el niño está despierto y a periodos cortos conviene ponerle boca abajo, sobre su tripita, y siempre bajo supervisión de un adulto. ¿Por qué? Porque va adquiriendo habilidades motrices muy importantes para su desarrollo. La Asociación Española de Pediatría (AEP) señala en la “Guía para padres. Desde el nacimiento hasta los 3 años” que cuando colocas a un bebé a ratitos boca abajo este evoluciona:

  • Al mes: despega la nariz del suelo y logra mantener la cabeza levantada unos segundos.
  • A los tres meses: logra apoyarse en los antebrazos y mejora la sujeción de la cabeza.
  • Entre los cuatro y cinco meses: levanta cabeza y tórax, apoyándose en los antebrazos o sobre las manos. Es el inicio del giro lateral.
  • Con nueve meses: es capaz de reptar sobre el abdomen para avanzar e intenta gatear.

Beneficios físicos
Los ejercicios realizados a este fin consiguen que el niño fortalezca los músculos del cuello y los hombros, necesarios para sujetar la cabeza y girarla. Comienza el desarrollo necesario para girar, arrastrarse, sentarse, gatear y terminar andando. Es el primer paso para tonificar otros músculos del cuerpo: brazos, pecho, espalda y piernas.
Pero también en esta postura se facilita el tránsito intestinal, favoreciendo la expulsión de gases.

Beneficios cognitivos
Además, no hay que olvidar los beneficios que le reporta a nivel sensorial, visual y auditivo. El niño estimula el sentido del tacto, al experimentar texturas diferentes, adquiere conciencia de su propio cuerpo y desarrolla su equilibrio, además de fomentar la coordinación ojo-mano.

¿Cuándo empezar a realizar los ejercicios?
El bebé puede estar desde el principio boca abajo, pero en periodos muy cortos. Podemos empezar cuando se le caiga el cordón umbilical, para que esté cómodo, y durante uno o dos minutos. Al principio basta con le pongas dos o tres veces al día, pero según va creciendo podemos mantenerle en esa postura ratos más largos. Utiliza una manta de juegos o una manta normal con juguetes que le gusten. Si el niño llora o está intranquilo en esa postura puedes relajarlo cantándole o haciéndole cosquillas, poniendo un sonajero a su alcance para que pruebe a levantar la cabeza, o colocándole sobre una pelota blandita para balancearlo suavemente…

 
Los ejercicios más recomendables según su edad:

  • Hasta los tres meses: en el cambiador o sobre una manta. Los ejercicios deben estar enfocados a las rotaciones de cuello. Para ello, sitúale boca abajo y estimúlale para que mueva la cabeza de un lado a otro, enseñándole un objeto que llame su atención para que lo mire según tú lo vas moviendo. También conviene que levante un poco la cabeza, ayudándote de un juguete, un libro, un sonajero… Mantén su atención unos segundos y luego déjale descansar.
  • De tres a seis meses: el objetivo en esta etapa es que el bebé consiga darse la vuelta. Así, podemos estimularle haciendo un círculo de juguetes a su alrededor para que intente alcanzarlos. ¡Anímale a coger uno! Verás como el bebé intenta hacerlo. También puedes asistirlo con ayuda de una toalla: haciendo una banda de 5 o 6 cm de ancho. Luego, tumba al niño sobre su espalda y coloca al bebé sobre ella, de forma que puedas balancearlo de un lado a otro para que el aprenda a girar. Repítelo 3 o 4 veces a cada lado.
  • De seis a nueve meses: preparados para el gateo. A partir de los seis meses algunos niños comienzan a adoptar posturas para gatear. El apoyo principal es sobre los brazos, si estos están lo suficientemente fuertes para aguantar el peso del cuerpo. Doblan las piernas bajo la tripa y comienzan a balancearse. El balanceo constituye la etapa anterior al gateo así que, celebra este tipo de movimientos para que continúe haciéndolos. Para que gateen necesitan estar el mayor tiempo posible en movimiento. Pero también puedes estimular la fuerza de sus piernas. Ayúdate de una pelota suave y presiónala sobre la planta de sus pies, también puedes acercársela e intentar que la sujete con sus pies, de esta manera los músculos se van fortaleciendo.

De la escuela infantil a casa
Todos estos ejercicios se pueden implantar en su rutina diaria en la escuela, ya que son claves para su desarrollo. Además, es fundamental concienciar a las familias de que el trabajo realizado en la escuela continúe en el hogar. Si logramos involucrar a las familias lograremos un mejor y más sano desarrollo de nuestros bebés. Informa a los padres y cuéntales los beneficios de ejercitar los músculos del bebé, seguro que muchos estarán encantados de seguir vuestras indicaciones.

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