Etapa del No en niños: cómo superarla con éxito
Alrededor de los tres años los niños pasan por una fase en la que se enfadan o tienen rabietas a menudo. Cualquier acción u omisión puede ser motivo de uno de estos episodios: no prepararles la merienda a tiempo, prepararles un bocata con un relleno que no les gusta, tener que ponerse el abrigo cuando no quieren… Las posibilidades son infinitas, por lo que conviene armarse de paciencia y esperar a que escampe el temporal. Te contamos por qué se produce esta etapa y te damos algunas recomendaciones para superar esta etapa con éxito.
En busca de una mayor autonomía
Los expertos señalan que esta fase es completamente normal en el desarrollo de los niños y no afecta a todos por igual. Se produce cuando el niño observa que diciendo “no” provoca una respuesta de los padres, así, diciendo no se siente que controla la situación. En esta etapa que es temporal y no suele ser muy extensa el niño refuerza su autonomía y su identidad y tiene relación con el desarrollo de sus habilidades. El niño está cambiando y comienza a pensar en lo que quiere, por eso, cuando no lo consigue o tiene un límite externo se enfada.
Recomendaciones para afrontar la etapa del NO
Conviene conocer algunos consejos para sobrellevar esta etapa y afrontarla con paciencia. Como educadores hay que tener coherencia y firmeza, ya que hay cosas que los niños no pueden ni deben hacer. Está claro que no pueden cruzar calle cuando ellos quieren o utilizar un cuchillo con un filo excesivo. Pero también existen algunas cosas en las que se puede ser más flexibles y con las que no conviene gastar energía discutiendo. Podemos dejarles elegir entre varias camisetas, que juguete se quiere llevar de paseo… Dejarles algunas elecciones les da seguridad y les ayuda a superar esta etapa de forma más tranquila.
Te mostramos algunas recomendaciones sobre cómo podemos abordar las situaciones. Exigen buenas dosis de paciencia, guiar a los niños de forma positiva y evitar que hay demasiadas reglas y negaciones:
- Avísales con antelación de lo que va a ocurrir. De esta manera preparas el terreno ante una situación que puede no gustarles. Por ejemplo, en 10 minutos vamos a apagar la tele que tenemos que irnos.
- No abuses de las normas. Mejor que sean pocas y claras. Si de algo no estás seguro es mejor posponer la respuesta a darle una información que luego no se va a cumplir. Cuando el pequeño siente menos control, tiende a relajarse más y la situación será más llevadera.
- Intenta no prestar atención a determinados comportamientos. Lo mejor, no enfadarse y tomárselo con calma. Piensa que esta etapa es necesaria para reforzar su autonomía y que en cualquier caso es pasajera.
- Puedes explicarle por qué se hacen ciertas cosas, pero no preguntarles su opinión. Si el niño se pone muy terco es mejor desviar su atención y restarle importancia.
- Ofrécele opciones. Si le niegas algo, puedes darle una salida para que no se encierre en la negativa. Déjale elegir cosas que sean intrascendentes y que le ayuden a reafirmarse.
- Da ejemplo. Recuerda siempre que nuestras acciones deben basarse en los valores que tenemos como familia y en los que queremos educarles.