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Higiene: la mejor prevención contra la gastroenteritis

Niña alegre se lava las manos

Dolor abdominal, fiebre, diarrea… la gastroenteritis aguda es una de las enfermedades más comunes en la infancia. Su causa suele ser vírica y se contagia con facilidad, por esta razón los expertos aseguran que lavarse las manos con frecuencia es una de las medidas higiénicas más efectivas para evitar la propagación del virus.

La gastroenteritis provoca una inflamación del estómago y los intestinos y suele ir acompañada por vómitos, diarrea, fiebre y escalofríos. Aparece de forma brusca y su duración puede variar, pudiendo llegar hasta las dos semanas. La consecuencia más grave esta enfermedad es la deshidratación del niño: que se produce cuando se pierden más líquidos de los que se ingieren.

Debido a su rápida propagación, la medida más eficaz para prevenirla es lavarse las manos a menudo y usar soluciones desinfectantes, sobre todo tras el cambio de pañal, ya que se trasmite por vía fecal-oral, a través de la contaminación de las manos y objetos que entren en contacto con las heces del enfermo. Está demostrado que lavarse las manos es la medida más barata, eficaz y sencilla para la transmisión de infecciones como la gripe, el resfriado y la diarrea. Por ello, es imprescindible que nos lavemos las manos y enseñemos a los niños a hacerlo. Hay que poner especial atención en lavarse antes de poner la mesa, comer, preparar cualquier alimento y, por supuesto, después de ir al baño, estornudar o toser y sonarse.

Además, el control pasa por el aislamiento, es decir, dejar al niño reposar en casa cuando está malo y no llevarlo a la escuela infantil para evitar que otros pequeños se contagien.

De entre las gastroenteritis, la infección por rotavirus es la más grave. Se calcula que un 35% de los ingresos hospitalarios por gastroenteritis en menores de un año se deben a esta infección. Antes de los cinco años, la mayoría de los niños habrán pasado al menos una vez el rotavirus, por esta razón los pediatras instan a los padres a que se vacunen contra este virus. La diferencia con una gastroenteritis común es que los síntomas son más graves: los vómitos son más difíciles de controlar, las diarreas más abundantes y da lugar a más complicaciones por deshidratación.

 
Cómo tratar al enfermo
Si pese a la toma de medidas, el niño sufre gastroenteritis te mostramos los puntos importantes que señala la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria para tratarla:

  • Hidratación. Para que el niño esté hidratado hay que ofrecerle líquidos con frecuencia, en pequeños sorbos para prevenir el vómito. A veces, si son muy pequeños el agua no es suficiente y es necesario ofrecerles suero oral, de venta en farmacias.
  • Evitar los medicamentos, salvo prescripción médica. Tan solo se pueden usar antitérmicos si son necesarios porque el resto no curan y pueden tener efectos secundarios.
  • Ofrecer alimentos pero si forzar. La alimentación acelera la curación, aunque las deposiciones sean frecuentes. Introducir los alimentos habituales en pequeñas cantidades es la mejor opción para que el cuerpo vaya recuperándose. Se recomienda eliminar los dulces, el azúcar y los alimentos grasos hasta que los pequeños se hayan repuesto completamente.
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