Involucrar a los niños en las tareas del hogar
Ayuda a los niños a ser más autónomos
Es una parte más de la educación. Enseñar a los niños a tener autonomía y ser independientes. Y no hay una barita mágica para ello. La clave: involucrarles y responsabilizarles de tareas según su edad y sus capacidades.
Realizar en las tareas del hogar enseña a los pequeños a ser más disciplinados y a seguir unas normas que contribuirán a su independencia. Es una forma sencilla en inculcarles la responsabilidad. Pero, ¿por qué es tan importante que contribuyan en el cuidado de la casa?
Todos los beneficios de ayudar en casa
Los beneficios de participar en las tareas del hogar son muchos. Entre ellos, destacan:
- Es una forma de que se desarrollen sus habilidades motoras. No lo tienen que hacer perfecto, se trata de que poco a poco vayan haciéndolas. Poner la mesa, ordenar sus cosas, hacer la cama… todo ello requiere de un entrenamiento en el que mente, coordinación, ejercicio… están involucrados.
- Hace que se sientan parte de la familia. Al colaborar en el cuidado del hogar se sienten parte de un grupo, por lo que gracias a estas tareas ejercitamos las habilidades de trabajar en equipo y de seguir instrucciones sencillas.
- Les hace ganar confianza en sí mismos. El hecho de que les pidas ayuda les llena de satisfacción. Los pequeños lo entienden como un gesto de confianza y se sienten valorados, lo que va directo a su mejora de la autoestima.
- Les enseña a ser organizados. Los estudios realizados al respecto han demostrado que los niños que participan habitualmente de las tareas del hogar son más organizados respecto a quienes no lo hacen hasta que son mayores. La organización es un elemento, además, que es muy positivo en el ámbito académico.
- Ayuda a implantar hábitos. Los hábitos son claves para los niños ya que les dan seguridad y les permite tener cierto control sobre su vida. Los niños que tiene hábitos saludables suelen tener mayor rendimiento académico, ya que les permite desarrollar el pensamiento lógico.
Muéstrales cómo participar en el hogar
Participar en tareas domésticas requiere de un aprendizaje. Poner la mesa, ordenar… conlleva habilidades que los niños van adquiriendo con la edad. Ármate de paciencia y organízalo para que les parezca un juego. Los niños aprenderán a hacer las cosas con mejor disposición e incluso se divertirán. La clave: ajustarte a su edad y premiar el esfuerzo, no el resultado.
¿Cómo sabes qué puedes exigirles?
Aunque el desarrollo y las habilidades de los niños varía de unos a otros. Te mostramos una sencilla guía para saber qué responsabilidades pueden asumir:
- De los dos a los tres años. Las tareas se deben hacer con supervisión. Con esta edad a los niños les falta autocontrol y habilidades motoras. Sin embargo, podemos encargarles tareas sencillas como recoger sus juguetes, colocar el pijama debajo de la almohada. Poner elementos fáciles en una mesa, tales como cubiertos, servilletas, regar las plantas…
- De los cuatro a los cinco años. En estas edades los niños imitan habitualmente a los adultos. Los niños están desarrollando su autocontrol. Pueden comenzar a vestirse solos, aunque necesiten ayuda para cosas puntuales. Son capaces de aprender a doblar su ropa y pueden aprender a asearse solos. Como forma de aprendizaje, al principio podemos dejar que lo hagan solos y hacerles nosotros un último repaso.
- A partir de los seis años. Ya pueden ir poco a poco aprendiendo a hacerse su cama, sobre todo si es sencilla (estirar un edredón y meterlo un poco por los lados). Pueden aprender a prepararse su mochila, ordenar su escritorio y ayudarnos en tareas sencillas de cocina.
Poco a poco, se trata de cada vez adquieran mayores responsabilidades y se hagan más autónomos. Algo muy positivo para ellos y para la convivencia de toda la familia.
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