La familia, clave en el periodo de adaptación
El periodo de adaptación es para todos
Cuando los niños son pequeños el inicio del curso escolar es un momento de tensiones. El periodo de adaptación afecta a todos, a las familias en primer lugar, porque se unen los nervios de los niños que se enfrentan a un nuevo lugar con los de los padres, que a menudo se muestran inseguros o culpables cuando dejan a los niños llorando en las puertas del centro infantil. Entonces, son los educadores los que toman su relevo, convirtiendo poco a poco la escuela en un lugar de disfrute y aprendizaje para los más pequeños.
Para vivir el periodo de adaptación con normalidad y seguridad es importante que exista una buena comunicación entre familia y escuela. Solventar todas las dudas e inquietudes que puedan surgir los primeros días es clave para una buena sintonía escolar. El periodo de adaptación es un proceso por el que pasan todos los niños, en mayor o menor medida y aunque la reacción al centro sea en unos niños más llamativa que en otros, todos necesitan la atención y cuidados de los educadores, sobre todo hasta que los pequeños ganen confianza en sí mismos y seguridad en el nuevo ambiente.
Acudir a una Escuela lnfantil tiene muchas ventajas
A veces, conviene recordar las ventajas que tiene que los niños acudan a una Escuela Infantil. El niño debe adaptarse a nuevas rutinas y normas que incorporarán a su vida y que les permitirá desarrollarse personal y socialmente. Además, podrá relacionarse con otros niños, observando el comportamiento de sus compañeros y aprendiendo de ellos. El periodo de adaptación que suele durar de tres semanas a un mes se da por concluido cuando se consigue estabilidad emocional en el grupo y son todos capaces de separarse de sus familias con tranquilidad y confianza.
Estos son algunos consejos para hacer este momento más llevadero:
- Un lugar que nos brinda confianza. Para estar tranquilos, los padres deben estar seguros del centro al que llevan a sus hijos. Si no lo están, transmitirán sus inquietudes a los niños y les provocará inseguridad, alargando el proceso de adaptación. Para lograr esta confianza es fundamental que exista una buena comunicación escuela-familias donde se puedan resolver todas las dudas que surjan.
- Tener en cuenta la situación por la que pasan los niños y tener empatía con su estado de ánimo. Los niños se enfrentan a un lugar nuevo, con personas que no conoce y que le provocarán como mínimo nerviosismo. En esta situación, los padres y la escuela deben mostrarse seguros y decididos ante el niño, aguantando el chaparrón emocional que están viviendo.
- Decirles la verdad. Evitar frases del tiempo “ahora mismo vuelvo”. Es verdad que los niños pequeños no tienen noción del tiempo, pero se le puede dar una pista como “después de comer” o “después de la siesta”, que se ajusten más a la realidad.
- Un objeto de apego. Algunas escuelas recuerdan que se puede llevar un peluche, una sábana o un objeto que les de tranquilidad cuando más sufren la separación del hogar.
- La despedida. Hay que despedirse del niño, no dejarle sin que se dé cuenta, pero la despedida debe ser rápida y corta. Pide ayuda al educador, si lo ves necesario.
- La recogida. Actuar con normalidad y preguntarle cómo ha pasado el día, incluso si el niño está enfadado o notas que no quiere hablar. Poco a poco, se mostrará más contento cuando le recojas.
- No introducir ningún cambio que afecte al niño. La entrada a la Escuela Infantil o Colegio ya es suficiente, intenta evitar cambios como retirar el chupete, pasarle a otra habitación… situaciones que pueden crear más inestabilidad al niño.
- Tener paciencia. No todos los niños viven igual el periodo de adaptación, así que no conviene dar nada por supuesto y tener paciencia. Pide ayuda a los educadores si crees que lo necesitas y déjate guiar por ellos. Al final, el niño se acabará adaptando al entorno escolar y será una experiencia positiva para su desarrollo personal y cognitivo.
