La vuelta a la rutina después de Navidad
Las rutinas son esenciales para que los niños estén bien
Las vacaciones suponen un período de descanso y desconexión tanto para adultos como para niños. Sin embargo, al finalizar este tiempo de relax, surge el desafío de retomar las rutinas diarias. Para los niños de 0 a 6 años, este proceso es especialmente relevante, ya que las rutinas desempeñan un papel fundamental en su desarrollo emocional, cognitivo y social. Comprender la importancia de las rutinas, cómo implementarlas de manera efectiva y cuáles son las más significativas en la crianza, es esencial para garantizar una vuelta al cole exitosa.
Cuando las vacaciones son cortas, como las Navidades, el regreso a la rutina puede presentar un nuevo desafío. ¿Por qué? Porque cuando los niños ya parece que se han adaptado a la escuela infantil llegan las vacaciones, lo que puede generar incertidumbre en los niños. Por esta razón, a la vuelta, es común que los pequeños experimenten cambios de humor, desmotivación o dificultad para adaptarse a los horarios escolares. Para rebajar o minimizar estos efectos, es recomendable mantener en casa ciertas rutinas básicas, como los horarios de sueño y alimentación, incluso durante los días festivos.
Por qué son importantes las rutinas
Las rutinas ofrecen a los niños pequeños una estructura y previsibilidad que les ayuda a sentirse seguros y tranquilos. A esta edad, el mundo es un lugar lleno de novedades y cambios, por lo que contar con actividades recurrentes les proporciona estabilidad. Diversos estudios en psicología infantil destacan que los niños que siguen rutinas consistentes desarrollan mejores habilidades de autorregulación emocional y adaptación social. Además, las rutinas contribuyen a establecer hábitos saludables y fomentan la autonomía, ya que los niños aprenden a anticipar lo que viene después y a participar activamente en sus actividades diarias.
Otro aspecto clave es que las rutinas facilitan la transición entre actividades, reduciendo el estrés y los conflictos. Por ejemplo, saber que después de cenar viene el momento del baño y luego la hora de dormir ayuda a los niños a prepararse mentalmente para cada etapa del día. Esta organización también favorece el desarrollo de la disciplina y la responsabilidad desde edades tempranas.
Estrategias para retomar las rutinas tras las vacaciones
La transición de las vacaciones a la rutina puede resultar complicado, pero existen estrategias efectivas que nos pueden facilitar este proceso. ¡Toma nota!
- Organiza una transición gradual. Lo mejor es ir reintroduciendo las rutinas unos días antes de que terminen las vacaciones. Ajustar progresivamente los horarios de sueño, comidas y actividades evita cambios bruscos y ayuda a los niños a adaptarse.
- Establece unos horarios consistentes. Intenta mantener horarios regulares para despertar, comer y dormir. De esta manera, generarás estabilidad. Es importante que estos horarios sean realistas y se adapten a las necesidades del niño.
- Involucra a los niños en las rutinas. Permite que los niños participen en la organización de sus actividades diarias; de esta manera aumentará su compromiso. Por ejemplo, pueden preparar su ropa o su mochila para la escuela.
- Intenta crear rituales agradables. Asociar ciertas actividades con momentos agradables, como leer un cuento antes de dormir o cantar una canción al recoger los juguetes, convierte las rutinas en experiencias positivas.
- Cuéntale o anticipa si hay cambios. Explicar a los niños cómo será el regreso a la rutina les ayuda a anticipar y aceptar los cambios. Puedes utilizar calendarios visuales o cuentos relacionados con la vuelta a la escuela ya que son muy útiles.
- Sé flexible y comprensivo. Es normal que los niños necesiten tiempo para adaptarse. Muestra empatía y sé flexible en los primeros días para que la transición sea lo más armoniosa posible.
La vuelta a la rutina después de las vacaciones puede entrañar ciertas dificultades tanto para niños como para adultos. Sin embargo, con estrategias adecuadas podemos hacer esta transición de forma tranquila y sin sobresaltos. Establecer rutinas consistentes, adaptadas a las necesidades de cada niño, no solo promueve hábitos saludables, sino que también fortalece su autonomía, seguridad y desarrollo integral. Así, los niños podrán afrontar el regreso a sus actividades diarias con energía y entusiasmo y centrarse en seguir aprendiendo y creciendo.
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