Lecturas para niños menores de dos años
Fomentar la lectura es una tarea pendiente para padres y profesores. Algunas veces nos preguntamos cuándo empezar a introducir los cuentos entre los juegos de los niños, ya que cuando son bebés parece que no les va a interesar, sin embargo, inculcarles el aprecio por los libros es sin duda el comienzo del camino para que luego, con los años, les guste leer. A partir de los siete u ocho meses el niño ya puede disponer de una pequeña biblioteca.
En los primeros años, el papel de los padres y profesores hacia la lectura es fundamental para captar su atención y hacer de la lectura una actividad interesante y divertida. Pon especial énfasis en el tono y en las expresiones. El niño percibe mejor que las palabras las emociones. Así que no dudes en exagerar los sentimientos e introducir recursos que le hagan prestar atención: el uso de marionetas, voces distintas o incluso canciones para acompañar una historia suelen tener éxito entre los pequeños.
Qué tipo de libros son los más apropiados. Los libros para menores de dos años son, a menudo, productos sensoriales. A esta edad, el niño está muy interesado por los estímulos visuales y táctiles. En el mercado existe una gran cantidad de cuentos destinados a niños que aún no saben leer. Por esta razón, si es el momento de ampliar la biblioteca de tu pequeño te damos una serie de recomendaciones:
- Ten en cuenta la edad del niño. Cuanto más pequeño, más sencilla debe ser la historia y más énfasis se debe poner en lo atractivo que resulta el libro a la vista o al tacto.
- Las historias o cuentos basados en escenas de la vida cotidiana, suelen ser los que más les atraen: los que hablan de la hora del baño, de la comida o los que se basan en momentos que el niño está viviendo: la llegada de un hermanito, la entrada al colegio…
- Fáciles de manipular. De cartón duro, de tela o incluso de plástico, pensados para leer durante el baño diario. El libro debe ser un elemento que el niño pueda tocar y coger sin miedo a que se rompa.
- No dejes de leerle, incluso cuando comience y sepa leer. Si tienes hijos mayores, ya lo habrás comprobado, incluso cuando el niño ya sabe leer pide a menudo que le sigas leyendo. No dejes de hacerlo, es un placer para él que le leas en voz alta y contribuirás a su amor por la lectura. Incluso en esos momentos decántate por cuentos que sigan teniendo dibujos, el aspecto visual es importante hasta que son mayores y no debemos de tener prisa por elegir cuentos que no nos parezcan infantiles. Lo mejor es observarle e irte adaptándote a sus demandas.
Por último, recuerda dejar los libros al alcance de los niños. Puedes tener muchos libros, pero si el niño no tiene la experiencia de ir cogiéndolos por su cuenta y observarlos a su antojo no dejarás que desarrolle el amor a la lectura y siga sus propios intereses. Prueba a colocarlos cerca de ellos y deja que sea él quién te guíe sobre sus gustos y necesidades.
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