Mi bebé babea mucho, ¿es normal?
Hasta los 18 meses los niños no tienen completamente desarrollado el reflejo de tragar
El babeo es la salida involuntaria de la saliva de la boca y se corresponde con una producción excesiva de saliva que el lactante no es capaz de contener o tragar. Hasta los 18 meses el niño puede tener episodios de babeo, pero esta situación entra dentro de la normalidad ya que algunos factores como la salida de los dientes hace que los niños saliven de más. Sin embargo, no es la única causa. Te contamos por qué babean los bebés y qué hacer para remitir esta situación si se alarga en el tiempo.
La saliva tiene un papel clave en el habla y la alimentación
Los niños producen entre 1 y 1,5 litros de saliva al día. La saliva es necesaria para hablar ya que lubrica y protege los labios, mantiene la boca húmeda y protege los dientes. Además, la saliva es clave para alimentarnos ya que humedece los que comemos y nos ayuda a tragar. Tiene un papel importante en la digestión ya que ayuda a disolver grasas y azúcares, así como los restos de comida que quedan en los dientes, protegiéndolos de las bacterias que los dañan. Cuando el niño es muy pequeño el reflejo de tragar es todavía inmaduro, por lo que si la deglución se hace de forma eficiente el bebé babea.
Qué provoca el exceso de saliva
El exceso de saliva suele relacionarse con la aparición de los dientes de leche. Sin embargo, ésta no es la única causa. Hay otros factores que pueden provocar un exceso de baba.
- Respirar por la boca. Si el niño se acostumbra a estar largos ratos con la boca abierta a respirar por la boca esto hace que fabrique más saliva y, por tanto, que babee más.
- La forma de tragar. Si presiona la lengua hacia delante al tragar no expulsará la saliva sobrante con eficacia.
- Si el babeo aparece de forma súbita (en ocasiones acompañado de fiebre) puede sufrir una infección en la boca o en la garganta.
- En el caso de que la posición del cuerpo y la cabeza no estén alineados y la cabeza se incline hacia delante hará que el pequeño no logre retener la saliva en la boca.
- Cuando babea más allá de los cuatro años, hay que acudir al pediatra porque el tono muscular bajo puede ser síntoma de retraso o parálisis cerebral.
Los efectos del babeo son irritación en la cara o el cuello. Para evitarlos sécale a menudo, poniendo especial atención a la zona de los pliegues de la barbilla o el cuello para evitar que la humedad le provoque hongos. Usa baberos para evitar que se le humedezca la ropa y evita el chupete y el biberón pasando en cuanto a puedas al vaso o a la pajita para que vaya cogiendo tono muscular.
¿Qué podemos hacer para reducir el babeo?
Podemos estimular al niño para reducir el babeo y reforzar la movilidad y la musculatura de la boca.
- El control de la cabeza. La postura del niño es clave para reducir el babeo. Dejarle a ratitos boca abajo es clave para que coja tono muscular en el cuello y pueda sostener la cabeza de forma apropiada.
- Uso de mordedores. Ofrecen información sensorial, ya que los hay con texturas, que vibran… mejoran el uso de la lengua y el control de la musculatura.
- Juegos como las pompas de jabón que se basan en soplar ayudan a trabajar lo músculos.
- El uso de la pajita también les estimula, sin embargo, los expertos señalan que no hay que abusar de su uso y que es mejor aprender a beber en vaso ya que el uso de pajitas con alimentos azucarados (zumos, yogures bebibles…) aumenta el riesgo de caries, además de otros problemas como gases o calambres abdominales.