¡Mi hijo tiene miedo! Cómo ayudarle
Cuando los niños son pequeños sentir miedo es algo normal. Asustarse de la oscuridad, la separación de los padres, los extraños o los monstruos está dentro de lo esperable dentro del desarrollo de los niños. Nuestra actitud y comprensión serán claves para que superen sus temores y sean pasajeros y no se conviertan en un problema más serio.
Los expertos señalan que los temores de los niños están relacionados con el instinto de supervivencia y es debido a la gran dependencia que tienen de los adultos por ser los pequeños tan vulnerables durante la infancia. Por esta razón, según el niño crece y gana autonomía los miedos tienden a desaparecer. Sin embargo, en los miedos influyen también factores personales, culturales o conductuales. Así, los niños más sensibles son más propensos a tener miedos y los que viven experiencias negativas tales como ser mordidos por un perro, sufrir quemaduras o perderse pueden volverse miedosos antes situaciones parecidas o que les recuerden el hecho que les dio miedo.
Los miedos más frecuentes según la edad:
- Alrededor de los siete meses el bebé comienza a sentir miedo frente a los extraños y comienza a añorar a los padres cuando no están. Los ruidos fuertes o la falta de sustento también pueden producir miedos en los niños a esta edad.
- Entre los 2 y los 6 años los miedos se hacen más específicos, son más frecuentes los miedos frente a animales, la oscuridad, las tormentas o la separación de sus padres.
- A partir de los seis años, el desarrollo cognitivo y la madurez del niño hace que sus miedos se deriven hacia temas como la muerte, el daño físico y también pueden aparecer los miedos al fracaso escolar, el miedo a hacer ridículo o a no poseer determinadas habilidades…
Como ayudar al niño a superar el miedo:
- Si queremos ayudar al niño que tiene miedo lo primero que hay que hacer es tratar de identificar el miedo y en la medida de lo posible hablar de él. Se trata de que el niño vaya hablando del problema, para lo cual es muy importante que no se sienta avergonzado o regañado. Podemos hablar de nosotros y contarle cuáles son nuestros propios miedos y qué hacemos para superarlo para ver si se anima a contar lo que a él le da miedo.
- No forzarles y elogiar siempre las conductas valerosas. Con el miedo siempre hay que ir muy poco a poco.
- Hacer algunas concesiones que le hagan posible enfrentarse al miedo, tales como dejar un poco la puerta abierta de la habitación, dejar una luz indirecta o dejarle jugar con una mascota.
- Enseñarle formas de contrarrestar la ansiedad: escuchar música tranquila o hacer actividades que le mantengan ocupado. Contar hasta 10 cuando sienta miedo y ver lo que siente…
- Usar el humor. Presentar situaciones terroríficas de modo gracioso le servirá para desdramatizar.