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Música y desarrollo: una herramienta imprescindible en la infancia

bebe tumbado con notas de música y xilófono

La magia de la música: su gran impacto en la educación infantil

La música es una herramienta poderosa en la educación infantil, capaz de estimular el desarrollo cognitivo, emocional y social de los niños. Desde el vientre materno, los pequeños responden a los sonidos y ritmos, y a medida que crecen, la música se convierte en un elemento esencial en su aprendizaje. Pero, ¿qué impacto real tiene la música en su desarrollo? Te contamos cuáles son sus beneficios y cómo podemos integrarla en la vida cotidiana de los más pequeños.

La música: una aliada imprescindible para el desarrollo del lenguaje

Uno de los vínculos más estudiados en la educación infantil es la relación entre la música y el desarrollo del lenguaje. Según un estudio de la Universidad de Northwestern, los niños que participan en actividades musicales presentan una mayor capacidad para distinguir sonidos del habla, lo que mejora su habilidad para aprender nuevos idiomas y desarrollar una pronunciación más clara.

Cantar canciones infantiles, jugar con rimas y explorar diferentes tonos y ritmos ayuda a los niños a reconocer patrones en el habla, ampliar su vocabulario y mejorar la memoria auditiva. Además, la repetición de melodías facilita la comprensión de estructuras lingüísticas, preparando el camino para una comunicación fluida.

 

Más que melodías: la música impulsa el desarrollo integral

La influencia de la música no se limita al lenguaje, sino que abarca diversas áreas del desarrollo infantil:

  • Desarrollo cognitivo: La música estimula la atención y la memoria. Un estudio publicado en Psychological Science reveló que los niños que reciben formación musical muestran una mayor capacidad de resolución de problemas matemáticos y una mejor organización del pensamiento.
  • Desarrollo emocional: Escuchar y crear música permite a los niños expresar sentimientos y gestionar emociones. La música suave puede calmar la ansiedad, mientras que ritmos más energéticos pueden levantar el ánimo mientras nos invitan a movernos.
  • Habilidades motoras: Bailar, tocar instrumentos o simplemente aplaudir al ritmo de una canción mejora la coordinación motriz y fortalece la conexión entre el cuerpo y la mente.
  • Socialización: Cantar en grupo o participar en actividades musicales fomenta la cooperación, el respeto por turnos y el sentido de comunidad.

La banda sonora ideal: la mejor música para los pequeños

La selección musical en esta etapa debe adaptarse a las necesidades del desarrollo infantil. Algunas recomendaciones incluyen:

  • Música clásica: Composiciones de Mozart, Bach o Beethoven han sido asociadas con mejoras en la concentración y el desarrollo cognitivo.
  • Canciones infantiles: Melodías con letras sencillas y repetitivas facilitan la comprensión y el aprendizaje del lenguaje.
  • Ritmos naturales: Sonidos de la naturaleza o melodías suaves contribuyen a la relajación y el bienestar emocional.
  • Música del mundo: Introducir diferentes estilos y ritmos ayuda a ampliar el horizonte cultural de los niños y fomenta la diversidad.

 
Incorporar la música en el día a día: ideas sencillas y efectivas

Incorporar la música en la rutina diaria no requiere grandes esfuerzos, pero sí constancia y creatividad. Algunas ideas incluyen:

  • Momentos musicales: Dedicar unos minutos al día para cantar juntos, bailar o tocar un instrumento.
  • Canción para las transiciones: Crear pequeñas melodías para indicar cambios de actividad, como lavarse las manos o recoger los juguetes.
  • Música para la relajación: Escuchar melodías suaves antes de dormir ayuda a establecer rutinas de descanso saludables.
  • Exploración musical: Proporcionar instrumentos sencillos como maracas, tambores o xilófonos para que los niños experimenten con sonidos.

 
El ritmo de las emociones: cómo la música afecta el estado de ánimo

La música influye directamente en nuestras emociones, y los niños no son la excepción. Estudios en neurociencia han demostrado que la música puede activar regiones del cerebro relacionadas con el placer y la motivación. Escuchar melodías alegres puede mejorar el estado de ánimo, mientras que ritmos suaves pueden inducir la relajación y reducir el estrés.

Para los niños, la música es una forma de expresión emocional y un recurso para canalizar sentimientos. Cantar una canción cuando están tristes, moverse al ritmo de la música cuando están felices o relajarse con una melodía tranquila antes de dormir son estrategias sencillas pero efectivas.

La música: un recurso imprescindible en la educación infantil

La música es mucho más que un simple entretenimiento: es una herramienta pedagógica poderosa que estimula el lenguaje, el desarrollo cognitivo, la socialización y la regulación emocional. Integrarla de manera consciente en la vida diaria de los niños de 0 a 6 años les proporciona una base sólida para su crecimiento integral por lo que se hace necesario crear entornos enriquecedores y fomentar el aprendizaje desde los primeros años de vida. Porque, como dijo Platón, “la música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo”.

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