Navidad con niños: tiempo de calidad
Tener un equilibrio entre planes fuera y dentro de casa
Por fin están aquí. Llegan las esperadas fiestas de Navidad y comienzan a surgir planes de todo tipo. La familia quiere ver a los niños y pasar tiempo con ellos y muchas veces se entra en una vorágine de estímulos que sobreexcita a los niños y hace que estos días sean como una montaña rusa, de ilusiones y risas a lloros por cualquier motivo. La Navidad son dos semanas que dan para mucho, pero conviene buscar un equilibrio entre actividades y tiempo de calidad en familia. Además, con el frío es una buena época para que los niños pasen tiempo en casa jugando y que experimenten eso que cada vez parece más lejano a día de hoy: el aburrimiento.
El aburrimiento fomenta la creatividad y entrena la frustración
Aburrirse es un estado de lo más beneficioso. Es sano y fomenta la creatividad. Además, es un buen entrenamiento para trabajar la frustración y el hastío. No hay nada mejor que los niños aprendan a buscar formas de salir del aburrimiento y que experimenten esta sensación. Si bien es verdad que en estas fechas las opciones de ocio son numerosas, no es aconsejable sobrecargar la agenda con un exceso de actividades. Conviene recordar que los niños disfrutan de pasar tiempo en familia, jugando, haciendo pequeñas manualidades, bailando o cantando, haciendo puzles… Lo más importante es la calidad del tiempo que pasamos con ellos más que la cantidad.
Los niños prefieren pasar tiempo con sus padres a los regalos
La mayoría de los niños desea pasar tiempo en familia frente a recibir regalos. El día a día, cargado de obligaciones, hace que los niños echen en falta disfrutar de ratos con las personas que más quieren y, los padres, que estamos casi siempre más pendientes de las rutinas diarias, nos perdemos en priorizar lo más importante: dedicar tiempo de calidad a los niños. Es decir, compartir con ellos pequeñas cosas y ratos de ocio en familia. Como muchas veces el trabajo no nos lo permite podemos sacar ratos con los niños en momentos cotidianos. ¡Estos son algunos ejemplos!
- Agendaos un hueco en vuestra agenda solo para los niños. Seguro que podéis sacar una hora al día para estar dedicados completamente a ellos.
- Desconectar los dispositivos o cualquier cosa que os pueda interrumpir.
- Centraos en ellos y disfrutar de su compañía. Volver a ser un niño por un rato es muy sano mentalmente y os enfoca en lo realmente importante.
- No tenéis por qué hacer nada especial. Podéis cocinar con ellos, salir a dar un paseo, jugar con sus juguetes, bailar o cantar, leer un cuento… Lo importante es que en ese tiempo estéis con ellos con los cinco sentidos.
- Recordar que la hora de la cena, el desayuno… y siempre que se compartan alimentos sentados en una mesa les enseña valores, modales y fomenta la comunicación; fundamental como costumbre sobre todo cuando se van haciendo mayores.
- También la hora de ir a dormir es un momento especial donde se pueden contar historias, leer cuentos y realizar actividades relajantes en familia.
