Navidad y niños: cómo evitar que abusen de los dulces
Los niños consumen en estas fechas una gran cantidad de chocolate
En Navidad mayores y pequeños comemos más de lo habitual. Las celebraciones con la familia, el reclamo publicitario de los productos que encontramos en los supermercados, todo nos incita a que hay que comer más y un mayor número de dulces. Sin embargo, en los últimos años cada vez se encuentran un mayor número de dulces navideños específicos para los niños en los que destaca por encima de todo el chocolate, dejando de lado dulces más tradicionales como el turrón clásico, los polvorones o los mazapanes. Todo esto ha hecho que estemos ante unos niveles de obesidad infantil cada vez más preocupante. Ante todo este bombardeo, ¿qué podemos hacer para que los niños moderen el consumo de este tipo de productos?
Productos ricos en grasas y mucho azúcar
Los dulces de Navidad contienen en general muchas calorías y son ricos en grasas y azúcar. Por esta razón, conviene tomarlos con moderación. Aunque parece una tarea imposible en estas fechas, cuando encontramos cantidad de productos de chocolate envueltos de forma muy atractiva: “papá noeles”, “árboles”, “campanas” o sus personajes favoritos de las series de televisión o películas. Esto hay que tenerlo en cuenta ya que cuando comemos, lo primero que nos atrae es la vista, por esta razón, los alimentos no tan saludables se disfrazan para que sean apetecibles para los niños. Los estudios de productos destinados al público infantil son claros: la mayor parte de los productos específicos para los niños que encontramos en los lineales de los supermercados son de baja calidad nutricional y a menudo es porque tienen altos niveles de azúcar, grasa o sal. De hecho, muchos de ellos se acompañan de una declaración de salud en su envoltorio (por ejemplo “rico en calcio”). Esto es así con los productos normales dirigidos a los niños, así que en Navidad, con la excusa de que hay que celebrar las fiestas, los productos ricos en azúcar proliferan en los estantes y se hace más complicado que los niños no los quieran consumir a diario.
¿Qué podemos hacer para que no los tomen en exceso?
- Respetar las comidas principales e intentar no picotear entre horas. Tener una buena estructura en las comidas, reconociendo las señales de hambre y saciedad de los pequeños y no coaccionando para que coman cuando ya están saciados. Si se les ofrece comida sana, comerán sano, sin necesidad de disfrazar la comida.
- Llevar una alimentación variada e intentar que los niños prueben un poco de todo, para luego al final disfrutar un poco de los dulces que más le gusten. Por esa razón, lo mejor es esconder los dulces y sacarlos solo cuando se termine de comer correctamente.
- No acudir con ellos al supermercado, y si es necesario, dejarles elegir uno o dos dulces para estos días.
- Dar ejemplo con nuestros hábitos y acatar todos las mismas normas. Lo que no es bueno para los niños tampoco lo es para los adultos.
- Poner atención al desayuno, fomentando los alimentos salados (el azúcar provoca un efecto rebote que hace que al rato vuelvan a tener hambre) y saciantes (pan con aguacate, huevos..), para que no lleguen a la comida principal con hambre.
- Las comidas principales deben realizarse con agua frente a zumos o refrescos. Es la bebida más sana que se le puede ofrecer a un niño.
