Niños: cómo aliviar el estreñimiento
El estreñimiento se produce cuando las heces se vuelven duras y secas y son difíciles y dolorosas de evacuar. Es un problema muy común en los niños. Se estima que afecta hasta el 8% de los niños en edad escolar y es pregunta frecuente en las consultas de pediatría. En general, se considera que la frecuencia normal de ir al baño varía entre 2-3 veces al día a 3 deposiciones semanales.
El estreñimiento es muy frecuente alrededor de los dos años y coincide en muchas ocasiones con la retirada del pañal. Puede tratarse de un problema leve, que se solucione al cabo de poco tiempo, pero los expertos señalan que cuando se observa que los niños hacen pocas deposiciones o dolorosas hay que acudir al médico de Atención Primaria. Lo primero, descartar que el estreñimiento no esté producido por un problema orgánico (aunque estos casos son muy poco frecuentes, entre el 1%-2% de los casos). Los médicos analizarán la dieta, para saber si el aporte de fibra es el adecuado y si sus hábitos defecatorios son saludables. En la mayoría de los casos, con unos pequeños cambios, el estreñimiento leve mejora. Sin embargo, si el estreñimiento es más severo a veces los médicos deben recetar un tratamiento que ablande las heces y estimule la motilidad intestinal. En cualquier caso, es conveniente atajar este problema desde el principio, para no hacer agravar la situación y que no llegue a cronificarse.
Si queremos evitar el estreñimiento, podemos diferenciar entre dos grandes áreas, para saber dónde actuar:
Hábitos higiénicos
- Establecer un patrón regular para ir al baño. Conviene sentar al niño más o menos a la misma hora del día durante unos diez minutos, en el orinal o en el retrete. Lo mejor es sentarlo unos 15 o 20 minutos después de una comida.
- Explicar al niño que nunca debe aguantarse las ganas o al menos no esperar demasiado cuando se tiene necesidad de hacer caca.
- No obligar al niño de forma precoz de la necesidad de ir al baño. Solo se debe quitar el pañal cuando el pequeño está preparado y una vez quitado no ser demasiado insistente o enfadarse por los escapes. Estas situaciones pueden provocar rechazo para ir al baño.
- Animar al niño a hacer ejercicio. La actividad física es muy buena para prevenir el estreñimiento.
- No utilizar supositorios o enemas sin avisar previamente al médico. En los lactantes se recomienda ponerlos boca arriba con las piernas flexionadas hacia arriba, a la vez que se le masajea la tripa.
Cambios en la dieta
- Aumentar la cantidad de alimentos con fibra (cambiar el zumo por frutas con piel, cocinar verduras enteras, legumbres y añadir a la dieta frutos secos). Estos cambios deben hacerse de forma gradual.
- Intentar disminuir, al menos temporalmente, los alimentos astringentes (patatas, plátano, arroz, zanahoria cocida…) y los alimentos como chocolate, las golosinas y otros dulces.
- Es fundamental que el niño beba suficiente agua. Los líquidos favorecen la deposición gracias a la acción humectante del intestino.
- Es importante llevar unos horarios para las comidas. El desorden en la comidas (niños que comen más entre horas que durante la comida) favorece el estreñimiento.