Niños resfriados, qué hacer para mejorar su estado
¿Por qué los niños se acatarran tanto?
La población infantil es una de las más afectadas por los resfriados en invierno. Se estima que un adulto sano padece 1 o 2 catarros anuales, mientras que los niños pueden tener entre 5 o 6. ¿La razón? Están en contacto con otros niños y adultos acatarrados que les transmiten los virus. Además, al tener las defensas aún en desarrollo, se contagian con más facilidad. Esta situación se da sobre todo durante los dos primeros años de vida y coincide con los primeros años de escolarización, luego los episodios de catarro van disminuyendo.
Conviene saber que los niños no se contagian en espacios abiertos, contrariamente a la cultura popular que señala a menudo “se ha resfriado porque ha cogido frío”, sino en espacios cerrados, pues el contacto es más estrecho y al haber menos ventilación, las toses y estornudos de los demás llenan el ambiente de virus que llegan a los niños sanos.
Motivo de consulta en el pediatra
El resfriado es una de las afecciones más frecuentes en la infancia y constituyen el motivo de consulta más habitual de los padres que acuden con sus hijos al pediatra. A pesar de que este tipo de infecciones respiratorias se curan solas a los pocos días, sus síntomas suelen ser muy molestos.
Te contamos cómo aliviar los síntomas para que el catarro pase en pocos días y de la forma más suave posible:
- Descanso. Asegúrate de que el niño descansa suficiente, ya que el descanso le ayudará a sentirse mejor. No consiste en que el niño esté tumbado si no le apetece, pero podéis hacer actividades tranquilas como leer un cuento, colorear…
- Ofrécele abundantes líquidos. Los niños pierden líquidos rápidamente, sobre todo si tienen fiebre o diarrea. Para reponer esos fluidos, ofrécele líquido a pequeños sorbos, fruta si le apetece o incluso caldo de pollo. Este es un remedio de las abuelas que suaviza las secreciones nasales y alivia la irritación de garganta.
- Echa mano del humidificador. Sobre todo durante las horas de sueño, la humedad en el ambiente hará que pueda respirar mejor y, por tanto, descanse más.
- Dale alimentos ricos en vitamina C. Esta vitamina ayuda a que los síntomas del resfriado sean menos severos.
- Utiliza suero fisiológico para la congestión. En el caso de los bebés, te puedes ayudar de una perilla de goma para aspirar la mucosidad, sobre todo antes de las tomas y antes de echarlos a dormir. El suero ayuda a aligerar las secreciones nasales aliviando la congestión. Úsalas varias veces al día y lograrás que el niño pueda volver poco a poco a respirar con normalidad.
- Recuerda lavarte las manos a menudo. Está demostrado que las manos son un vehículo muy importante para la transmisión de las infecciones respiratorias. Además, si hay hermanos pequeños en casa, recuerda que el virus se puede propagar fácilmente si comparten objetos o juguetes que chupan. Durante unos días, extrema las precauciones.
- Abrázalo siempre que puedas. Cuando uno está enfermo o se siente mal, un poco de cariño extra hace que los síntomas mejoren. Siéntalo en tu regazo, abrázale si lo necesita.
- Llévale al pediatra si es necesario. Si tiene fiebre durante más de 3 días, le duelen los oídos, respira con dificultad, lleva más de 10 días con mucosidad espesa de color amarillo o verdoso, o el niño se encuentra decaído, estos síntomas indican que conviene consultar al pediatra.
