Niños y bebés: cómo conseguir que desayunen
El desayuno es un hábito alimentario que condiciona el estado físico, psíquico y nutricional de los más pequeños. Realizar esta comida diaria de forma correcta contribuye a distribuir de forma más armónica las calorías diarias. De manera general, las personas que no desayunan tienen una dieta de peor calidad, mientras que los que desayunan siguen una dieta menos grasa, más rica en fibra, vitaminas y minerales. El desayuno debe suponer entre un 20 y 25% de las calorías ingeridas durante el día y debe contener al menos una pequeña cantidad de los siguientes grupos de alimentos: lácteos (leche, yogur, queso…), frutas y cereales (pan, galletas, cereales…).
La falta de fuerzas, de concentración, el mal humor… todos ellos son síntomas de déficit de glucosa, nuestro combustible energético necesario para afrontar el día. Después de unas 10 u 11 horas de sueño sin haber consumido ningún alimento nuestro cuerpo comienza a quemar las reservas energéticas. Durante la edad escolar esto incide de manera directa en el rendimiento, ya que el área del cerebro que se activa con el aprendizaje es una de las más afectadas.
Llega el momento de empezar el cole y comienzan en casa los problemas: el niño no quiere desayunar. ¿Qué podemos hacer? Te damos algunas pautas para hacer del desayuno un momento agradable y fructífero:
- Levantarse con tiempo. El cansancio es una de las razones por las que a los niños les cuesta tanto comenzar el día desayunando. Revisa los horarios, a veces acostarles 20 minutos antes puede hacer que la hora del desayuno sea mucho más sencilla.
- Cambiar el orden. Si lo primero que hacéis en casa nada más levantaros es desayunar cambia a hacer algún tipo de actividad. Vísteles primero, prepara la mochila y deja para lo último el desayuno. A veces, desayunar 10 minutos más tarde hace que los niños acepten mejor el alimento.
- Hacer una buena presentación. Una presentación apetitosa mejora las posibilidades de que el niño tome los alimentos que necesitan. Si no dispones de mucho tiempo por la mañana, se puede dejar la mesa preparada el día anterior (mejor si le haces a él partícipe, ya que interiorizará la importancia del desayuno y lo tomará con más ganas).
- Tener en cuenta sus gustos, sin perder de vista la importancia de los alimentos que van a ingerir. Sin perder de vista los grupos de alimentos que debes incluir en el desayuno (lácteos, frutas y cereales) puedes combinarlos de la forma que mejor las acepte el niño e ir variándolas según se acostumbre a tener un desayuno completo.
- Dividir en dos la ingesta. Si pese a los esfuerzos, el niño no toma lo que debiera, siempre puedes dividir el desayuno en dos, de manera que tome una parte en casa y otra en la escuela que complemente la primera ingesta.
Estas son algunas opciones que puedes incluir diariamente:
- Ideas de desayunos dulces: macedonia de frutas, vaso de leche con cacao y pan tostado con manquilla y mermelada. Zumo natural, queso fresco con pasas y bizcocho. Cereales con yogur y magdalenas o galletas.
- Ideas de desayunos salados: batido de frutas, bocadillo de pavo o queso. Requesón, pan con tomate y jamón y zumo de manzana. Huevos revueltos y macedonia de frutas con yogur.
