Niños y confinamiento: más estrés y ansiedad
Aumenta la ansiedad y estrés en los niños
Detectar problemas como depresión, ansiedad y estrés en los niños no es una tarea fácil. La forma de manifestarse depende de la etapa de desarrollo del pequeño. Mientras que los niños mayores pueden verbalizar lo que están pensando o sintiendo, entre los dos y cinco años, se expresarán a través de conductas de hiperactividad, irritabilidad o retraimiento. Aunque a día de hoy parece que los niños apenas están sufriendo la pandemia (su incidencia en la población infantil es mínima) estar encerrados en casa durante un largo periodo de tiempo, sin posibilidad de salir al aire libre y realizar actividades físicas puede redundar en problemas de ansiedad, depresión, obesidad y educativos en el tiempo. Por esta razón Sanidad ha encargado en los últimos días a la Asociación Nacional de Pediatría un informe para estudiar las condiciones de salida de los menores.
Expresan en el cuerpo lo que no pueden expresar en palabras
Las consultas pediátricas generales han disminuido mucho, pero se calcula que el 90% de las mismas se deben a la somatización que está produciendo el confinamiento. Los niños expresan en el cuerpo aquello que no pueden expresar con palabras. Dolores de cabeza, de tripa, dificultad para respirar… son señales de que algo les está pasando. Es importante saber que en los niños, al no poder expresarse correctamente lo primero que hay que valorar es su lenguaje no verbal, así como sus conductas, ya que son la manifestación de lo que están pensando.
¿Cuándo debemos estar alerta?
La forma de manifestarse un problema en el estado de ánimo puede ser distinta en cada caso:
- Síntomas internos: el niño se muestra triste, irritado, frustrado. Puede tener problemas de memoria y concentración.
- Síntomas externos: puede buscar momentos más aislados y tener problemas de relación con los demás. También puede estar más irritable, desobediente y con llanto recurrente. También podemos observar pérdida del apetito y alteraciones de sueño, en forma de pesadillas o conciliación del sueño, así como mayor cansancio sin un motivo aparente.
¿Cómo podemos ayudarle?
El Ministerio de Sanidad ha recomendado unas medidas de apoyo psicológico para los niños y niñas durante esta etapa de confinamiento por el coronavirus. Entre ellas se encuentran:
- Hablar con los niños y explicarles lo que está sucediendo. Se trata de usar palabras sencillas, adaptadas a la edad de los pequeños y sin mostrar ansiedad o miedo. Se trata de escuchar sus preocupaciones y contestar a sus preguntas si las tienen. Recordar que es una situación temporal y que no vean las noticias o al menos que vean lo menos posible.
- Estar atento a las emociones. Los sentimientos y las emociones forman parte de nosotros mismos y estar triste, tener miedo o tener otras emociones es normal. Señalar a los niños que nosotros también las sentimos y que hay que manejarlas es un buen punto de partida.
- Los padres: el mejor ejemplo. Intenta evitar las discusiones delante de los niños. Sigue las medidas de higiene y estate pendiente del uso que hace de las pantallas. Nosotros somos el modelo en el que los niños se basan, así que es hora de que delante de ellos estemos lo mejor posible.
- La rutina, clave para el orden. Establecer una rutina familiar es clave para llevar el confinamiento bien. Involucra a los niños en las tareas domésticas y no te olvides de realizar alguna actividad física acorde a su edad. Diferencia entre los días de diario y el fin de semana, donde el juego y las actividades lúdicas deben primar.
- Facilita el contacto con la familia más amplia. Las videollamadas con abuelos, tíos, primos… son importantes para mantener el bienestar de niños y mayores.
- Intenta sacar momentos de calidad para disfrutar de estar con los niños. Ellos lo agradecerán y recordarán. Aprovecha esta circunstancia para favorecer el clima familiar. Hay juegos cooperativos o aficiones que puedes realizar en familia.
