Orinal: cómo introducirlo en la vida del bebé
Para un niño, abandonar el pañal no es una labor fácil y, por ello, necesitará ayuda de los adultos. Te mostramos cómo ayudarle a que empiece a usar el orinal y vaya poco a poco abandonando los pañales. Además, en la Escuela Infantil, las tutoras también te pueden indicar si el niño está o no preparado para la retirada del pañal.
De forma general, a partir de que el niño cumple los dos años, puedes empezar a plantearte si el niño está preparado para dejar el pañal. No hay que forzar la situación, sino observarle para saber si te da señales que te indiquen que está preparado para controlar sus esfínteres.
¿Cuándo sabemos que ha llegado el momento?
La Asociación Española de Pediatría señala que el niño está preparado para dejar los pañales cuando:
- Está preparado físicamente para ello: el niño camina sin ayuda, es capaz de subirse y bajarse los pantalones (aunque necesite ayuda para abrocharse los botones) y tiene una buena coordinación de sus manos.
- Es capaz de obedecer indicaciones: “siéntate”, “levántate” y puede imitar acciones.
- El bebé controla mínimamente su vejiga. Esto se nota porque orina mucha cantidad en una sola vez y no muchas veces y poca cantidad. Es capaz de estar dos o tres horas seco y sus gestos o posturas nos indican que quiere hacer pis.
Una vez que todos estos hitos de desarrollo se han conseguido, el niño ya está preparado para dar el paso de dejar el pañal. A pesar de ello, los pediatras recomiendan que no se deje el pañal cuando el bebé está pasando por alguna situación estresante en su vida (como el nacimiento de un hermano o una mudanza, la entrada en la guardería…) En estos casos, es mejor retrasar el aprendizaje del uso del orinal.
Además, la entrada de la primavera o verano son las estaciones ideales, ya que la ropa que se usa es más ligera y las temperaturas altas facilitan el proceso.
Cómo empezar a usar el orinal
Los niños aprenden por imitación. Así que una buena forma de enseñar a los niños a usar el orinal es dejar que acompañen al retrete a los padres, hermanos o a otros niños, para que observen lo que hacen y ver si les gustaría imitarlos.
Se le puede preguntar. ¿Te gustaría usar el orinal? Muchos niños intentarán probarlo, lo importante es no forzar la situación. Si no quiere probar, ya encontrará su momento.
Usar un orinal adecuado
Lo primordial a la hora de elegir el orinal es que este se sienta cómodo. Por lo tanto, debe ser grande, sólido y con una base rígida. Si se puede, una buena idea es elegirlo con él, porque tendrá más ganas de usarlo.
Otra opción es un reductor de la taza del inodoro. Pero si se usa, debe quedar al alcance del niño, usando un escalón si es necesario, que puede ser usado también para reposar los pies.
Conviene sentar al niño en el orinal
Hacer las necesidades en un orinal forma parte de un proceso que lleva tiempo y paciencia. Se trata de crear un hábito y para ello lo mejor es sentar al niño en el orinal cuando haya pasado media hora tras las comidas y cada dos o tres horas el resto del día.
Solo deber de permanecer sentado cinco o diez minutos, para que no se ponga a jugar y se olvide de lo que tiene que hacer. Para ello, esos minutos debe estar centrado, sin entretenerle con dispositivos o con juguetes.
Tener paciencia y buen humor
Controlar los esfínteres es un aprendizaje, y como tal, no se debe tener prisa ni reaccionar negativamente. Con tranquilidad habrá que explicar para qué sirve el orinal, cómo usarlo y festejarlo mucho cuando lo consiga.
Algunos especialistas señalan que las primeras veces es mejor no tirar demasiado deprisa de la cadena, de tal modo que su hazaña no se vaya por el retrete volando, sin tiempo para ponerse lo suficientemente contento.
Volver
