Pescado: un alimento muy recomendable para los niños
Fácil de digerir y muy nutritivo. Optar por el pescado en la dieta es una opción llena de ventajas para nuestra salud. En nuestro país contamos con una variedad rica en especies, además existen muchas formas de hacerlo. Con un poco de imaginación y paciencia podremos lograr que los niños se acostumbren a comer pescado y lo hagan con gusto.
El pescado contiene una cantidad similar de proteínas que la carne y el huevo y se dice de ellos que son de alto valor biológico, esto significa que contienen todos los aminoácidos esenciales, sustancias que el organismo no tiene y que son necesarias para el desarrollo de músculos y órganos. Por esta razón, cuando el niño es pequeño y está en pleno crecimiento es fundamental incluir pescado en la dieta.
¿Pescado blanco o azul? La diferencia entre ambos es su contenido en grasa. Los blancos (bacalao, gallo, merluza, pescadilla, rape…) no superan el 2% de grasa en su composición, lo que provoca que solo tengan 80 calorías por cada 100 gramos. Los azules (salmón, atún, sardina, boquerón…) tienen al menos un 6% de grasa y pueden llegar hasta un 15%, por lo que por 100 gramos suelen contener entre 120 y 200 calorías. Sin embargo, esto no debe ser la pauta para elegir el blanco en lugar del azul ya que este último posee una grasa rica en ácidos grasos insaturados, beneficiosos para tener un corazón sano y fuerte. ¿Sabes cómo diferenciarlos? La clave está en la cola. Los pescados azules tienen la cola en forma de flecha, mientras que en los blancos el borde es recto.
Siguiendo las pautas de la dieta mediterránea, los niños deben consumir pescado de 3 a 4 veces a la semana, variando entre blanco y azul. ¿Tenéis problemas para incluirlos en la dieta? Te mostramos una serie de consejos para que comer pescado sea habitual en los menús de tu casa.
- Fuera espinas. Es uno de los miedos al comer pescado y la razón por la que muchas familias les de miedo innovar y probar especies distintas. Además, los niños lo aprenden rápido y se quejan a menudo de que no lo quieren por las espinas. ¿La solución? Elige el pescado preparado en filetes o lomos. Pide al pescadero que te lo limpie y prepare de esta forma en lugar de en rodajas o escoge pescado congelado que normalmente ya viene preparado de esta forma (merluza, lenguado, emperador…) En la sección de congelados podrás encontrar gran cantidad de pescado listo para hacer y sin una sola espina.
- Cuida la preparación para que no les resulte aburrido. Si ves que el niño rechaza la plancha o el pescado hervido porque dicen que no les gusta el sabor, acompáñalo de salsas (bechamel, salsa verde, mayonesa…) y varía la forma de cocinarlo (al horno, empanado, en papillote…) se trata de que poco a poco vayan aceptando el sabor y que lo incluyan como un alimento más en su dieta.
- Ante las quejas respóndeles con argumentos. Si siempre que le pones delante un pescado dicen que no les gusta. Señálales que hay una gran variedad de pescados y que a lo mejor el de hoy no les gusta, pero que podéis preparar otro a ver si el siguiente es más rico.
- Pon esmero en las guarniciones. Prueba diferentes, ya que a veces si lo comen mezclado con otras cosas que les gustan consiguen probarlo y poco a poco comienza a agradarles. Puré de patata, gulas, flan de maíz, arroz, con verduritas… Y si es posible, deja que el niño te ayude en la preparación. Déjale que te ayude a hacer los paquetitos si lo preparas en papillote, por ejemplo, así será más fácil que quieran probarlo.
- Introdúcelo en sus platos preferidos. Haz arroz o pasta con pescado. Elabora croquetas o empanadillas con pescado. Con un poco de imaginación, conseguirás que poco a poco se acostumbren a su sabor y textura. Luego, cuando hayas conseguido que lo coman habitualmente podrás prepararlo de forma más sencilla, de manera que aprendan a apreciarlo con todo su sabor.
