Por qué es saludable pasar el verano con los abuelos
Un vínculo familiar muy enriquecedor
Las vacaciones nos ofrecen la oportunidad de vivir experiencias que no son posibles durante el resto del año. Una de ellas, sino la más importante, es la de fortalecer los vínculos familiares y salirnos del núcleo familiar principal para incluir a otros miembros: abuelos, tíos, primos… que ayudan a fortalecer los valores familiares y pueden ser una vivencia muy positiva para unos y otros.
Disfrutar con los abuelos durante el invierno muchas veces es tarea imposible. Los ritmos que se llevan durante el año escolar o la circunstancia que hace que las familias vivan lejos, hace que el verano se convierta en el momento ideal para fortalecer la convivencia familiar. Esto es especialmente significativo este año, ya que la pandemia ha mantenido a muchas familias separadas, por el miedo al contagio y la imposibilidad de desplazarse entre provincias.
Dejar unos días a los niños con los abuelos, sin la supervisión de los padres, es una oportunidad única para que ambos disfruten de un tiempo de cariño que sin duda guardarán en sus recuerdos de la infancia. Te contamos por qué disfrutar un tiempo de vacaciones con los abuelos es una circunstancia que beneficia a toda la familia.
El respeto por los mayores: un punto de partida para los niños
Una buena relación con los abuelos genera un vínculo muy fuerte y beneficioso para los niños. Para ellos, los abuelos son sus defensores, las personas que les miman y les quieren incondicionalmente y que se convierten en transmisores de valores claves para su vida, gracias a su experiencia vital. En general, los abuelos son muy buenos narradores y los niños les escuchan atentamente y aprenden de todo lo que les cuentan.
Durante los primeros años, los niños se sienten seguros y protegidos por los abuelos y según van creciendo buscan en ellos una relación diferente, basada en el cariño mutuo. Además, gracias al tiempo que pasan juntos abuelos y nietos aprenden a apreciar y respetar a las personas mayores. Evita los prejuicios y aumenta la empatía hacia la población mayor.
La energía de los nietos: una alegría para los mayores
La vida de los abuelos ha cambiado mucho en los últimos años. La incorporación masiva de las mujeres al trabajo ha convertido en muchos casos a los abuelos en elementos imprescindibles en el día a día de los niños o al contrario, muchas familias debido a la ubicación de sus puestos de trabajo han tenido que vivir alejadas de los abuelos, y solo pueden visitarlos de vez en cuando. Sea de una forma u otra, el contacto de calidad con los nietos es muy beneficioso para los mayores, que se contagian de la energía y alegría de los niños, a la vez que previene el deterioro cognitivo de los abuelos. Un estudio realizado en Alemania concluyó que los abuelos que cuidan ocasionalmente de los nietos reducen en un 37% el riesgo de morir en los siguientes 20 años. Hay que tener en cuenta que los abuelos ejercen un rol diferente a los padres, y pueden disfrutar de los nietos sin las exigencias que trae aparejada la educación de los hijos.
Un desahogo para los padres
No hay dudas. Que los abuelos pasen unos días con los nietos supone para los padres un descanso físico y emocional. Les permite permanecer con sus labores sabiendo que los niños estarán bien atendidos y cuidados y gracias a ello pueden volver a disfrutar por unos días de la vida de pareja. En fin, una situación que revierte positivamente en toda la familia. En general, siempre que esté bien acordado y todas las partes estén de acuerdo, compartir la crianza de los niños con los padres de uno es beneficioso para todos los implicados.
