Por qué los niños deben desayunar
Fomentar la importancia del desayuno desde los primeros años
¡No te lo puedes saltar! Así se llama una campaña que ha desarrollado la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) para concienciarnos de la importancia de desayunos, almuerzos y meriendas. Y es que recientes estudios de nutrición han puesto en evidencia que solo siete de cada diez escolares desayunan todos los días algo más que una bebida. Además, la tendencia a no desayunar o a hacerlo en de forma deficitaria no afecta a todas las familias por igual. En las familias con rentas más bajas se tiende a desayunar menos.
Aunque esto es un problema que aumenta con la edad, siendo los adolescentes los que van poco a poco abandonando el hábito de desayunar, desde los primeros años podemos educar y sentar las bases de la alimentación y fomentar desde casa y desde la escuela infantil la importancia de desayunar correctamente.
¿Qué pasa si no desayunamos?
Realizar un buen desayuno o no condiciona cómo afrontamos el día. Desayunar correctamente contribuye a distribuir de forma más armónica las calorías diarias. Como explica la AESAN es recomendable que la energía que necesita nuestro organismo se reparta a lo largo del día. El desayuno, en concreto, debería aportar el 25 % o, bien, un 15 %, si se trata de un desayuno ligero, y el 10 % restante en el almuerzo de media mañana. Lo que está claro es que el desayuno es imprescindible ya que es un hábito alimentario que condiciona el estado físico, psíquico y nutricional de los más pequeños.
Falta de energía, dificultad para concentrarse, estar irritable… son todos ellos síntomas de déficit de glucosa, el combustible energético necesario para ponernos en marcha todas las mañanas. Tras unas horas de sueño el cuerpo comienza a tirar de reservas energéticas, por eso el desayuno es fundamental. ¿Qué acarrea saltarse el desayuno? La falta de energía hace que el rendimiento físico e intelectual baje de forma significativa y esto perjudica al aprendizaje. Además, cuando no desayunamos vamos a la siguiente comida con más hambre, comiendo más cantidad y productos que son menos saludables. Aumenta el riesgo de sobrepeso, obesidad y otros problemas relacionados.
Los profesores lo notan. Los niños que no desayunan tienen se comportan peor y se relacionan peor con sus compañeros. Los estudios realizados al efecto lo confirman. No desayunar se relaciones con mayores niveles de estrés, ansiedad y depresión, sentimientos de baja autoestima y riesgo de comportamientos violentos como pelea.
Las razones que nos llevan a no desayunar
Una de las razones principales son las prisas. Las primeras horas de la mañana suelen ser estresantes. Tenemos un horario que cumplir y muchas veces no llegamos a tiempo a realizar esta comida con el tiempo necesario. Preparar la mesa por la noche y dejarlo todo listo es una buena forma de ahorrar tiempo. Además, involucrar al niño en esta preparación le predispone a desayunar correctamente.
Además, la falta de apetito suele ser lo que indican los jóvenes para no desayunar. Los expertos señalan que los hábitos de cena y sueño influyen mucho en el desayuno al día siguiente. Adelantar la hora de irse a dormir y hacer una cena ligera facilitan que los niños desayunen bien. Es preferible que los niños coman un poco de cada grupo de alimentos que mucho de uno solo. Así, un buen desayuno debe contener fruta, un lácteo, un cereal preferiblemente integral (tostada de pan), grasas saludables (aceite, aguacate, frutos secos…) y proteínas (huevo, jamón…). Si te falta algún alimento, puedes incluírselo en el tentempié de la mañana.
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