Por qué los niños y bebés deben dormir la siesta
Suele ser habitual entre los padres que, cuando los niños han cumplido los 18 meses, comiencen a señalar la siesta como culpable de que sus hijos no duerman durante la noche todo lo que deberían. Ante tal circunstancia deciden empezar a retirar la siesta a sus pequeños. Sin embargo, los pediatras señalan que precisamente este hecho, el de quitar a un niño la siesta antes de lo debido, puede provocar que el niño duerma peor durante la noche, esté más intranquilo y por si fuera poco afecte, en algunos casos, al correcto desarrollo del lenguaje.
Hasta los cuatro años, dormir una siesta durante el día, aporta enormes beneficios a los niños. Les permite estar más tranquilos, aumentar su atención y les ayuda a asimilar más eficazmente lo aprendido durante el día. Esto es así porque durante la primera infancia el sueño permite que se generen más conexiones neuronales y se incremente la plasticidad del cerebro, logrando que la memoria y el aprendizaje se consoliden.
Los científicos señalan que la falta crónica de sueño afecta negativamente al comportamiento y al aprendizaje de los pequeños y que incluso puede afectar al sistema inmunológico, haciendo que los niños enfermen más a menudo.
Pero, ¿cuánto debe durar la siesta? De forma general, los niños tienden a autorregularse, es decir, tienden a dormir lo que necesitan para coger fuerzas y seguir el día con energía. Hay niños que pueden hacer una siesta de 20 minutos y los hay que duermen más de dos horas. Dormir es una necesidad fisiológica y como tal cada niño necesita más o menos horas de sueño. Lo importante es no forzarles, si no establecer una rutina que les permita descansar y que les invite a echar una cabezada si lo necesitan.
Lo ideal es que para la siesta se acuesten antes de las cuatro de la tarde, siendo lo más habitual alrededor de las dos, tras la comida, ya que la digestión produce un pequeño estado de sueño que propicia el descanso.
Es importante, además, que se establezca una rutina, que se acueste a los niños más o menos a la misma hora, en un ambiente tranquilo y, a ser posible, con algo de luz diurna, para que desde pequeños aprendan a diferenciar la siesta diurna de la noche. De esta manera, siendo regular, puedes ayudar a tu pequeño a que por la noche esté más tranquilo, menos irritable y llegue a ese momento más relajado. Ten en cuenta que eliminar la siesta antes de lo debido está asociado con conductas más impulsivas o con una mayor prevalencia de terrores nocturnos. Por eso es importante que se eduque a los niños desde los primeros meses en esta sana costumbre.
Horas que necesitan dormir según su edad:
- Recién nacido. De forma aproximada, un bebé recién nacido suele dormir unas 16 horas diarias, divididas en seis u ocho periodos de sueño de unas cuatro horas cada uno. Esto hace que los bebés recién nacidos no respeten la noche y se despierten una o varias veces a lo largo de la misma.
- Desde el mes hasta los 6 meses. Cada vez el bebé se despierta menos por la noche y comienza a dormir de forma continuada. De forma general, hasta los dos años dormirá entre 10 y 13 horas cada día. Al principio repartidas en dos siestas diurnas, una por la mañana y otra por la tarde, y más tarde eliminando la siesta mañanera.
- De 2 a 4 años. Por la noche duermen unas 11 horas. A partir de los tres años muchos eliminarán la siesta diurna, algunos de forma drástica y otros poco a poco. Aún así, hay niños que la mantienen hasta los seis años. El abanico es muy amplio y debemos adaptarnos a las necesidades de descanso de cada niño.
- A partir de los 6 años. A partir de esta edad la cantidad de horas que el niño necesita dormir se va acortando progresivamente hasta que alrededor de los diez años se pase a dormir una media de 10 horas de sueño nocturno.
