Rutinas de sueño: clave para un buen descanso
Dormir lo necesario para estar más felices
Tener un buen hábito de sueño es fundamental en el crecimiento y desarrollo de los niños. El descanso afecta a varios planos: el físico, porque es necesario para el descanso; el mental, debido a que es necesario que la conexión de neuronas sea lo más eficaz posible y al emocional. ¿Quién no ha comprobado que cuando un niño no ha dormido lo suficiente se muestra irritado, llora o se frustra con facilidad? Te contamos porqué es importante establecer una rutina de sueño en los primeros años, que beneficios conlleva tener una buena salud de sueño y algunos tips para conseguirlo.
La importancia de establecer una buena rutina
Las rutinas son fundamentales en los primeros años de vida del bebé: aportan seguridad y tranquilidad y son claves para establecer hábitos saludables que acompañarán a los niños durante años. ¿Cuáles son sus beneficios?
- Ayudan al crecimiento y al desarrollo físico. Durante el sueño, el cuerpo produce hormonas que estimulan el crecimiento y ayudan a que el cuerpo se desarrolle eficazmente. Gracias al descanso, las células se regeneran y reparan los tejidos dañados.
- Gracias al descanso, el sistema inmunológico se hace más fuerte y la salud mejora. El sueño fortalece la salud y ayuda a mantenerla. Además, durante el descanso, el cuerpo se recupera y se prepara para la siguiente jornada.
- El sueño ayuda a regular las emociones: los niños que descansan bien tienen menos altibajos emocionales y reducen el riesgo de problemas de conducta, así como de trastornos emocionales.
- Mejora el rendimiento académico. Tener una buena higiene de sueño es clave para mejorar la concentración, la memoria y el rendimiento cognitivo, lo que se traduce en un mejor desempeño escolar.
Cómo establecer una rutina saludable
Dormir, aunque es un acto natural, requiere de un aprendizaje y de seguir una serie de pautas. Los problemas de sueño en los primeros años son una de las cuestiones más tratadas en las consultas de los pediatras, ya que un bebé que no duerme puede convertirse en un problema para toda la familia. Por esta razón, establecer rutinas y seguir estos consejos es básico para que el sueño no interfiera en la crianza y en el bienestar de toda la familia.
- El horario. Establecer un horario regular para acostarse y despertarse y ser constantes es clave para instaurar una buena rutina de sueño. En la Escuela infantil, los educadores establecen unas rutinas muy marcadas y los niños se sienten seguros: saben qué esperar. Así, en casa, los padres deben aprovechar estas “rígidas” rutinas para que el niño sepa en cada momento qué tiene que hacer.
- Un buen ambiente. Crea un espacio de sueño acogedor. En la Escuela infantil, las aulas pueden ser ruidosas, pero se puede establecer un rincón tranquilo con colchonetas y cunas que incite al sueño. En casa es más sencillo, pero también es importante que la habitación esté en penumbra y que la temperatura sea agradable.
- Establece una rutina relajante. No se trata de hacer un corte seco para irse a dormir. Podemos hacer una transición desde la comida o la cena que conduzca a conciliar el sueño: leer un cuento, poner música suave o cerrar los ojos durante unos minutos, a modo de meditación. Los niños se benefician de la repetición, así siempre que sea posible, sigue la misma secuencia de actividades antes de la siesta o en la noche.
- Escuelas infantiles y padres deben comunicarse abiertamente para que funcionen como un tándem. Establecer una buena higiene de sueño es un trabajo conjunto entre escuela y casa. Preguntar a los padres y establecer una comunicación abierta es clave para que todo funcione a la perfección.
- El sueño varía de unos niños a otros, pero es muy importante durante los primeros años dormir la siesta. Los niños que duermen la siesta están mejor, más descansados y duermen mejor por la noche.
- Fomenta los hábitos saludables e inculca a los niños sobre la importancia de dormir adecuadamente. Evita los estímulos que dificultan el sueño: no les dejes usar dispositivos electrónicos antes de dormir, ya que está comprobado que la luz de las pantallas es perjudicial para dormir bien. En lugar de pantallas, opta por actividades relajantes: leer, dibujar, escuchar música.
- Establece un ritual de despedida: algunos rituales sencillos como cantar una canción, dar un abrazo… ayuda a los pequeños a relajarse y reduce la ansiedad de separación.
Según van creciendo, las rutinas de sueño se ajustarán un poco. Por esta razón, padres y profesores deben estar atentos a las señales de cansancio y adaptar las horas de sueño a las necesidades individuales de cada niño. Establecer una rutina constante y crear un ambiente propicio para el descanso contribuirá, sin ninguna duda, al bienestar general de los pequeños. Con amor, paciencia y un toque de magia, los pequeños tendrán dulces sueños y estarán listos para enfrentar un nuevo día lleno de aventuras y aprendizaje.
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