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Trucos para incorporar las verduras en la dieta de los niños

Niña cogiendo un trocito de zanahoria de un bol de picoteo con verduras

La Organización Mundial de la Salud recomienda que se coman al menos 5 veces frutas y verduras al día. Pero cuando los niños son pequeños, este objetivo es a menudo complicado de llevar a cabo. Una buena alimentación es clave para tener una buena salud y prevenir uno de los males de nuestro tiempo: la temida obesidad infantil. Es importante alejar este problema de los pequeños, ya que un niño obeso será probablemente un adulto obeso y la obesidad lleva aparejados otros muchos problemas como la diabetes, la hipertensión… que aunque parecen lejanas en el tiempo se desarrollan cada vez más en edades tempranas.

Un cuerpo en desarrollo necesita una gran cantidad de vitaminas y minerales para poder crecer fuerte, sano y ayudar a que el organismo funcione perfectamente. Los alimentos que más vitaminas y minerales tienen son las frutas y verduras por eso es fundamental incluirlas en la dieta diaria. Además, hay que tratar de consumirlas frescas: cocinadas en purés, gazpachos, en ensalada… de tal forma que los niños vean que es algo normal, un alimento más que no debe ser rechazado.

 
A pesar de las recomendaciones lo cierto es que muchas veces no es fácil que los niños las coman. Algunos rechazan el sabor, ya que algunas amargan o tienen un aspecto o una textura poco atractiva. Pero te mostramos algunos trucos para que los peques pierdan el miedo y aprendan a comer de todo de forma natural, tanto en casa como en la escuela infantil:

  • Promover el consumo de las verduras a base de elegir comidas que les gusten e introducir poco a poco vegetales que sustituyan a otros alimentos. ¿Le encantan las hamburguesas? Prueba a elaborarlas con merluza y calabacín. Intenta hacerlo de forma gradual para que no las rechace de entrada y que vaya variando poquito a poco el sabor de lo que a él le gusta.
  • Comienza con las verduras de sabor más suave: el calabacín, la calabaza, el maíz, los guisantes… Y empieza con cantidades muy pequeñas.
  • Es importante que en casa comáis también verduras. Si el niño ve que es una parte importante de la dieta o que muchos de los platos contienen verduras le será más fácil aceptarlas con naturalidad.
  • No le premies con algo dulce por comer verduras. Esta idea, que puede funcionar al principio, puede ocasionar que el niño vea lo dulce como un premio y las verduras como un castigo.
  • Si es posible introdúcele en la cocina y pídele ayuda para elaborar platos con verduras: pizzas vegetales, ensaladas…
  • Intenta que la fruta esté accesible. Prepara un bol con palitos de zanahorias cortados o trocitos de pepino y cuando le entre hambre ofrécele uno. Es un picoteo sano y que no sacia tanto como otros alimentos que pueden hacer que luego la comida sea más dificultosa.
  • No pretendas que el niño coma todas las verduras. Pruébalas en distintas presentaciones e intenta adaptarte a sus gustos. Puedes elaborar distintos preparados para una misma verdura: judías verdes con patata, con tomate, en ensalada o en puré. Lo importante es ir conociendo qué le gusta más, así tendrás más posibilidades de que el niño acepte la verdura.
  • Utiliza las verduras para todo tipo de platos: salsas, sopas, como relleno de empanadillas, de canelones… Muchos niños comienzan a aceptar su sabor cuando van camufladas en otras preparaciones y cuando están mezcladas con lácteos.
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