Verano con niños: disfrutar y aprender jugando
Las actividades veraniegas también estimulan su cerebro
Las vacaciones de verano son ideales para descansar y permitirnos algunas licencias con ciertas rutinas. Sin embargo, lo ideal es combinar el descanso y el relax con algunas actividades que mantengan despierta la mente de los más pequeños. Se trata de que descansen, pero se mantengan activos física y mentalmente. Te contamos algunas ideas.
El verano es una oportunidad única para realizar actividades con los niños que durante el resto del año no se pueden hacer por falta de tiempo. Realizar actividades con ellos es muy beneficioso, porque supone pasar un tiempo de calidad con los hijos, mientras se divierten y siguen desarrollando habilidades. Pero a pesar de ello, conviene no olvidar que ante todo el verano es una época para desconectar de la rutina escolar y que en las actividades debe primar siempre el aspecto lúdico. No se trata de hacer mil actividades, sino de hacer algunas cosas que les estimulen y disfrutar de hacerlas en familia. ¿Te apuntas?
Actividades para fomentar la autonomía
Esta época es idónea para fomentar hábitos que lleven a los niños a ser más autónomos. La autonomía redunda en una mayor autoestima, ya que empodera al pequeño a hacer cosas por sí mismo. Dejarle comer solo (dejarles que te ayuden a cocinar, sin importar si se manchan…), jugar a que se aseen solos (enseñarles a abrir un grifo, enjabonarse, aclararse…), aprender a abrochar y desabrochar botones, abrir y cerrar cremalleras… ayudar a realizar tareas del hogar (dejarles limpiar el polvo o darles una escoba o una esponja para que limpien los juguetes…) en la vida cotidiana podemos dejarles realizar un montón de actividades para que el niño coja hábitos de independencia. Si lo tomamos como un juego, el niño se divertirá a la vez que adquirirá habilidades motoras fundamentales para su desarrollo posterior.
Fomentar la lectoescritura: clave para los niños pequeños
La lectura y la comprensión lectora son claves en el éxito educativo de los niños. Por esta razón, desde muy temprana edad podemos hacer actividades que despierten su curiosidad y ganas de aprender. Podemos leerles cuentos sencillos y cortos, adaptados a su edad, facilitarles libros con solo palabras o con frases sencillas o hacer actividades que fomenten su gusto por la lectura: escribir en la orilla de la playa, hacer letras con palitos… todo lo que les incite la curiosidad por las letras es bienvenido. Luego, cuando aprenda a identificar letras o grupos de letras podemos seguir trabajando con ellos el leer palabras o frases simples. Además, contarles historias, hablar de cuando eran pequeños… les encantará y les abrirá el apetito para leer cuentos sencillos. Recuerda que tú eres un ejemplo, así que si te ve leer, escribir postales cuando os vais de vacaciones o redactar un diario… todo ello les fomentará el gusto por la escritura.
Las matemáticas: presentes en nuestro día a día
Los juegos matemáticos deberían estar presentes en nuestro día a día. Escribir números, hacer pequeñas sumas, contar dinero, contar de dos en dos, de tres en tres… Se pueden hacer un montón de juegos para fomentar el pensamiento matemático y familiarizarse con los números. Todos los juegos de conteo (que los podemos hacer con piedrecitas, garbanzos… lo que tengamos a mano), los que se trate de clasificar piezas iguales, los juegos de construcción con bloques (como por ejemplo los lego)… son ideales para que los niños se acostumbren y le cojan el gusto a las matemáticas.
Creatividad al poder
En los primeros años, el juego es clave en el aprendizaje. Dejarles jugar libremente es clave para su desarrollo. Si lo ves propicio, puedes participar en su juego, pero adoptando tú sus reglas y sin querer calificar expresando: esto se hace así y no así. Dejarles volar su imaginación es muy positivo y tiene muchos beneficios para el desarrollo de la creatividad, como medio de sociabilización y como forma de ayudarles a controlar sus emociones.
