Verano: ¿qué hacer cuando los niños tienen miedo?
Niños: época de cambios y rutinas
Con la llegada del buen tiempo los niños están más tiempo en la calle o disfrutando de actividades al aire libre: acuden a la playa, a la montaña y o van al pueblo, donde cambian de ambiente y muchas veces de rutinas, trastocando su normalidad. Esta imprevisibilidad hace que los niños que sean propensos a tener miedo, los vivan con especial intensidad.
El miedo: una emoción muy común en niños y bebés
El miedo es una emoción bastante frecuente en la infancia. Se produce cuando el niño experimenta un sentimiento negativo ante un objeto o hecho que considera peligroso para él o para otros. Además, cuando se tiene miedo se sufre de inseguridad, ya que la persona que tiene miedo se cree incapaz de evitarlo o enfrentarse a él. El miedo puede mostrarse físicamente con palpitaciones, agitación, sudores o dolores de tripa.
Los miedos de los niños durante su desarrollo pasan por diferentes etapas. Son frecuentes de los dos a los ocho años porque aún el niño tiene pocos recursos para afrontar las situaciones que temen. Sin embargo, el miedo es una emoción protectora, ya que tiene la función de responder ante las amenazas que nos pueden poner en peligro. Gracias al miedo, podemos evitar situaciones potencialmente dañinas.
Aunque sea natural, los miedos de los niños son fuente de preocupación para los padres, ya que muchas veces son difíciles de gestionar. La mayoría de los miedos desparecen por sí solos con el tiempo, gracias a que los niños van madurando.
Mientras tanto, te contamos qué puedes hacer para evitar los miedos o al menos mitigarlos:
- Los miedos se dan muchas veces cuando los padres son temerosos o se angustian con facilidad. Los niños, que tienen de referencia a sus padres, sienten miedo o inseguridad si los padres no están tranquilos o tienen también temores.
- Evita las películas o estímulos que puedan provocar miedo. Los niños pequeños no saben distinguir bien entre realidad y ficción, por lo que en los primeros años las escenas de ficción las pueden entender como realidades.
- Situaciones negativas sobrevenidas pueden provocar miedo: la muerte, un accidente, un robo, una agresión…
- Las reacciones exageradas ante un hecho o circunstancia pueden provocar también miedo: mostrarse alarmista, ridiculizar al niño por sus temores o sentir indiferencia hacia sus sentimientos… esto último, además de no mitigar el miedo, afecta negativamente a la autoestima del niño.
¿A qué tienen miedo los niños?
El miedo es una emoción que se puede desatar por muchas causas, por lo que la lista sería interminable. Algunos miedos se repiten como el miedo a la oscuridad, a la muerte, a la separación con los padres…
Durante el primer año, los bebés se asustan ante los ruidos fuertes o ante los desconocidos. En torno al año, aparece el miedo a la separación o alejamiento de sus padres…, es lo que se denomina ansiedad por separación. Según van creciendo, los miedos se van haciendo más concretos, como el miedo a las agujas, a la muerte…
Y luego, algunos miedos son más comunes en verano, por las circunstancias específicas de esta época del año:
- Miedo al agua. Ver una gran cantidad de agua, notar el frío al meterse en ella, ver o no ver que hay bajo la superficie del agua, el movimiento de las olas… Meterse en la playa, en la piscina o en un río pueden generar inseguridad a los niños. Prepararle durante el invierno en una piscina cubierta es una buena forma de no llegar al verano sin experiencia. Meternos en brazos con él y jugar en el agua son también formas de que se vaya acostumbrando a este medio de forma natural y poco a poco gane seguridad.
- Miedo a pisar la arena o el césped. A pesar de que por lo general los niños disfrutan de la playa en la arena, algunos bebés no les gusta su textura. Les asusta cómo los pies se hunden en la arena o les molesta la hierba. Para mitigar este miedo lo mejor es que vayan poco a poco, usando zapatillas o situándoles encima de una toalla, para que vayan aceptando el contacto con estas superficies.
- Miedo a los bichos. Avispas que revolotean, lagartijas que trepan por las paredes, arañas… durante el verano los niños ven muchos insectos y pueden sentir miedo por ello, intenta no exagerar cuando veis uno. Usa repelentes cuando sea necesario y muéstrate natural. Por ejemplo, si encuentras un ciempiés, una hormiga en casa, intenta sacarla con un papel a la calle.
- Miedo a las tormentas. El ruido, el viento, la lluvia… los niños suelen temer las tormentas. Explicarles que es un miedo normal y por qué sucede puede tranquilizarles. Como con todos los miedos es importante validar sus sentimientos y tranquilizarle. Haciéndole saber que es un miedo normal, pero que realmente una tormenta no es peligrosa.